Paro y políticas activas de empleo

Antonio Valdivieso Montes
14:00 • 03 oct. 2018

El paro alcanzó en Andalucía techos históricos durante 2013 y desde ese año se vienen contabilizando paulatinos descensos que no benefician por igual a los distintos segmentos de la población. La recuperación del empleo de los últimos años está siendo lenta, basada en el mismo modelom económico que acentuó el desplome del tejido productivo posterior al estallido de la crisis internacional y unida a un creciente deterioro de los derechos y condiciones laborales de la población.


El paro es la causa principal de exclusión de nuestro mercado de trabajo, pero el crecimiento de la ocupación -empleos precarios, temporales y con bajos salarios- tampoco garantiza ya una calidad de vida aceptable para la clase trabajadora, incrementado las desigualdades y llevando la exclusión social hasta el 37,3% en Andalucia.


Por lo que hay que garantizar que las personas trabajadoras salgan de su situación de precariedad, recuperando parte del poder adquisitivo perdido durante de la crisis y participando de manera más justa en la mejora de la productividad. El IV Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva firmado por CCOO constituye una apuesta importante en este sentido.



A esto se une, la escasa incidencia que está teniendo la reducción del paro sobre los jóvenes, que padecen con mayor crudeza el desempleo, casi un 50%, o entre la población que lleva más tiempo sin poder conseguir trabajo, y a medida que se prolonga el periodo en desempleo, mayores son las dificultades para volver a conseguir ocupación.La formación es una de las variables que más influye en el paro de mayor duración, igual que sucede con la tasa de empleo total, por lo que se muestra como uno de los instrumentos más útiles para reducirlo.


El paro de larga duración afecta especialmente a quienes cuentan con edades laborales más extremas: jóvenes y población que supera los 45 años de edad, pero el riesgo de que el paro se haga crónico es especialmente elevado a partir de los 50 años y, sobre todo, en las mujeres.



Para CCOO, el paro es la patología más grave y la que necesita con mayor urgencia un cambio drástico en las prioridades de la política económica. El crecimiento económico no debe financiarse con desigualdad sino con un aumento del empleo que sea sostenido, de calidad y no excluyente.

Desde nuestro sindicato, luchamos por garantizar un nivel de ingresos que permita vivir con un mínimo de dignidad a toda la población, ese debe ser el objetivo básico de cualquier gobierno que vele por los intereses del conjunto de la ciudadanía.



En Andalucía, la lentitud en la puesta en marcha de la Renta Mínima de Inserción Social, retrasa la viabilidad de un derecho necesario e imprescindible para la igualdad. Consideramos necesario que se haga efectiva esta Renta Mínima para transitar por el camino de la igualdad.

Pero somos conscientes de que el cambio en el modelo de crecimiento da sus frutos en el medio-largo plazo y la protección frente al desempleo es la última opción deseable para quien no pueda conseguir trabajo, por lo que las políticas activas de empleo son el instrumento más útil para luchar contra el paro de larga duración, siempre y cuando se apliquen de manera eficiente.


El gasto en políticas de empleo ha experimentado con la crisis un fuerte recorte, acentuando el efecto negativo de las políticas de ajuste y austeridad que se han aplicado. Para CCOO la apuesta por las políticas activas de empleo, reformadas  en su diseño y aplicación, debe ser real y sostenida, y no simplemente retórica. Para que las políticas activas de empleo sean eficaces es imprescindible que cuenten con una dotación presupuestaria suficiente y estable, ya que sin recursos no habrá frutos y éstos solo se consiguen mediante una actuación coherente y mantenida en el tiempo.


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