¿Qué pasa con la Casa del Mar?

El pasado mes de julio, cuando el verano vivía esa época del año en la que los jardines florecen de insectos y páginas, el delegado de Salud de la Junta, José María Martín, anunció que las obras de la Casa del Mar, en el barrio de Pescadería, se retomarían en el mes de septiembre. El representante de la Junta salía así al paso de algunas observaciones que se habían hecho sobre la fallida puesta en marcha de la prometida rehabilitación de un centro de salud que lleva cerrado desde el año 2009. Y oyes, acabo de mirar el calendario y resulta que estamos ya metidos en octubre, sin que se haya visto sombra, halo o eco alguno de obras en el solar vallado en el que se oxida progresivamente la olvidada estructura del edificio que, según la Junta, iba a albergar un moderno y fenomenal centro de salud. Y esto, habida cuenta de los sonoros y desvergonzados retrasos e incumplimientos que jalonan la trayectoria ejecutiva de la Junta de Andalucía en Almería, no es lo más sorprendente. Lo que de verdad asombra -o quizás no tanto- es el silencio del Síndico de Relojeros del Retraso, los que con minutísima precisión trazaron su relato sobre el abandono ferroviario del gobierno del PP. Bueno, pues ahora están callados como puertas. Y es que ya saben cómo funciona aquí la cosa: si el retraso es achacable el PP, estamos ante un insulto a Almería y en un desprecio propio de la derechona más rancia, etcétera. Pero si el retraso es achacable a la Junta del PSOE de Andalucía, de entrada, hablar de retraso es querer confrontar innecesariamente. Y es que para la Casa del Mar no hay cronogramas fallidos, ni contadores de días sin obras, ni alardes pancarteros, ni mociones plenarias. Y no sólo eso: tampoco hay asociaciones vecinales en pie de guerra, quizás porque los colectivos cimarrones estén más preocupados por la sombra de los árboles de la Plaza Vieja que por las dotaciones sanitarias de su barrio. Lo primero es antes.