Parar a tiempo el CIES

A un tal Orbaneja, peculiar pintor de Ubeda mencionado por Cervantes en el Quijote, se le atribuye la anécdota de que, al ser preguntado por la identidad del santo que estaba pintando, respondió eso de que “si sale con barbas San Antón, y si no, la Purísima Concepción”. Esta manera de improvisar sobre la marcha sin perder la compostura ha evolucionado bastante desde el S.XVII, habiéndose sistematizado a través de la conocida Técnica de Ensayo y Error, muy útil en la resolución de problemas. Como saben, la estrategia consiste en ir probando y probando hasta dar con el resultado esperado, repitiendo los intentos hasta dar con la tecla, como hacen algunos primates en los laboratorios y los gobiernos de la dignidad trasversal y la regeneración espacial. Ese estilo, como digo, era el que venían empleando los ministros y ministras que recogieron con banda y majorettes mediáticos a los inmigrantes del barco Aquarius y de pronto han descubierto que tienen un problema en todos los puertos del Mediterráneo. Algo hay que hacer con la pobre gente que viene huyendo de su inabarcable infortunio y, por el momento, la única solución son los Centros de Internamiento de Extranjeros, los famosos CIES de la polémica.

Hacen falta más CIES pero no se saben dónde ponerlos. ¿En Valencia? Follón. ¿En Motril? Movidas. ¿Y si probamos en Almería? A ver si cuela. Y así mandaron de avanzadilla al subdelegado del Gobierno, Manuel de la Fuente, que empezó a glosar la idoneidad de un edificio en el sector 20. Lo que no habían querido en otras ciudades, encontraría así acomodo en Almería. Sin embargo, el Alcalde Ramón Fernández-Pacheco estuvo rápido recordando al Gobierno que existen otras muchas prioridades con Almería antes que un CIS, como el paso a nivel del Puche o la Estación de Ferrocarril.

Que la primera acción del nuevo Gobierno en Almería fuera traer a inmigrantes ilegales resultaba demasiado fuerte, incluso para ellas y ellos. Afortunadamente han rectificado y, por tanto, han acertado.