El 9 de octubre, entre el revuelo de tanto payaso como deambula por esta bella ciudad del Turia, con banderas de todos colores, unas con estrellas, otras con colorines, otras con hoces y martillos, utensilios que los gansos que las portan no han utilizado jamás ; y otras, con moraos, desconociendo que tal colorín procede de haberse descolorido el granate vivo que lucía el pendón de Castilla y que unos ignorantes aplicaron a su sentido de la libertad, me he visto sorprendido por dos declaraciones, una de Pablo Casado cuando ha dicho: “El PP, nunca será una derecha cobarde”. ¡Ahí queda eso! Si los españoles padeciésemos de amnesia, quedaría genial, pero aún recordamos al PP de Rajoy que nos ha traicionado y vendido al enemigo con su cobardía que Dios le perdone; y tenemos que confiar en que sus intenciones estén en consonancia con sus palabras. Al mismo tiempo, nos hemos visto, si no sorprendidos, sí que aliviados por la convocatoria de elecciones en Andalucía. Unas elecciones siempre son la oportunidad de que el pueblo diga si está conforme o no con quienes les gobiernan; bien es cierto que a pesar de una Ley Electoral injusta y carcomida por el tiempo, Ley que fue acordada para un momento en que a muchos – y digo muchos – no les llegaba la camisa a la piel, pero ya ha sido sobrepasada por el tiempo. Quizá en nuestra tierra sea el lugar donde menos injusta es, pero sigue estando obsoleta. En el siglo XXI se impone la doble vuelta y de eso estamos a años luz.
Pues bien, en este maremágnum que se avecina, irrumpe con furor VOX (más bien genio que bravura, utilizando el símil taurino, cuando el toro aparenta lo que no es y luego decepciona) y ya está la izquierda haciendo el ganso con sus consabidas teorías de que al parecer, quien no pertenece al gremio lanar en un fascista (es curioso, ser ultra de izquierda no está mal visto). Este mortal que usa la pluma, inmerso en la teoría de que en España no cabe un tonto más y si entrara alguno caería al agua, creo que es el momento de que Andalucía se replantee la situación y analice despacito, pero con sensatez lo siguiente: Hace un mes apenas, el Ayuntamiento de Roquetas tuvo que plantar cara para que se iniciara (en teoría, pero bueno) la construcción del hospital al que tiene derecho ganado, con razón tanto económica como social y, ante la carita que le pusieron, tuvo que amenazar con que los roqueteros lo pagarían de su peculio.
Pues bien, hete aquí que hoy, cuando Susana Díaz ha anunciado la convocatoria de elecciones para diciembre, hace una declaración solemne: “Seguimos trabajando por la autovía del Almanzora y el Hospital de Roquetas”. ¡Qué emoción! ¡Qué refresco de memoria son las elecciones! De todos es sabido y quien lo ignore, está en la higuera, que Roquetas tiene un lastre muy grande ante los magnates que pueblan y habitan San Telmo (me gustaría cambiar alguna letra, pero mejor lo dejo) sencillamente que, desde hace veinte años no vota PSOE y eso, en España, es un hándicap muy grande. Todo esto, después del 2 de diciembre, se les olvidará a Susana y a los suyos, salvo que pierdan las elecciones y entonces recordarán a diario que ellos iban a hacernos el hospital. ¿Qué habrá quien se lo crea? No les quepa duda, pero no sean “pardillos” las inversiones serán para los semilleros de votos que tiene el PSOE en la Andalucía Occidental.
Por otro lado, nos encontramos con un PP en otras manos y que ahora tiene la posibilidad de demostrar si de verdad está dispuesto a luchar por este país y en concreto por nuestra tierra andaluza. Cierto que nunca han mandado y en consecuencia, la historia no puede exigirles como al PSOE, pero quien tiene que fiarse de ellos es el pueblo y yo me cuidaría mucho de decir públicamente a quién se ha de votar, cada uno a quien le de la gana; no obstante, no se puede olvidar que si el hombre tiene derecho al voto es porque tiene la capacidad de raciocinio, los incapacitados no votan y por eso no son responsables, los ciudadanos normales, sí; y de lo que voten dependerán muchas cosas, sobre todo para Almería que contribuye al erario con mucho más de lo que recibe; y una cosa es ser solidarios y otra imbéciles por incuria; hay que exigir lo que nos corresponde como mínimo; y si hace falta un poco más.
La potencia turística que representa Roquetas necesita un hospital de garantías, los ambulatorios que hay son insuficientes y están anticuados y colapsados. Por eso, hoy que los dos líderes han utilizado el verbo en el tiempo adecuado para que les quede bonito, debemos decirles: Don Pablo, de acuerdo con que el PP no será cobarde (pero no olvide que la frase implica el convencimiento de que lo fue, en convencimiento a contrario, no lo diría) y habrá que dar pruebas de ello. Y tener claro que Doña Susana con su “seguimos trabajando” intenta tomarnos el pelo porque para seguir, hay que haber empezado y eso… eso Doña Susana, se lo cuenta a su tía (con todos mis respetos para su tía). Estos políticos nuestros se aprovechan de la riqueza de la lengua más rica del mundo, pero solo engañan a los tontos, aunque a veces, éstos sean fieles a su naturaleza.
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