Juan Antonio Barrios
23:02 • 01 sept. 2011
Si les nombro a María Hernández Tamayo, algunas personas que no están relacionadas con el flamenco puede que no sepan a ciencia cierta quién es. Pero si les digo María La Rabota, todo el mundo sabe que se trata de la bailaora de flamenco más importante que tenemos en nuestra provincia, además con gran prestigio y reconocimiento a nivel nacional.
El verano para mi amiga La Rabota ha sido intenso de trabajo con actuaciones de un altísimo nivel como las realizadas en Ayamonte en el II Festival Flamenco Isla del Moral de Ayamonte, Huelva. Magnífico festival organizado por el almeriense Antonio López.
En Fondón, concretamente en el Festival Flamenco, también participó con su cuadro flamenco; Abla, Mojácar, Huércal Overa, Málaga, concretamente en la Peña La Torre. Como pueden comprobar María La Rabota, ha mostrado su arte bailando por toda la provincia y fuera de ella, pero si ha habido una actuación que le guarda un recuerdo especial es la que realizó en el Teatro Apolo unos días después del fallecimiento de su padre. Salió al escenario descalza y con un quinqué en la mano en recuerdo a su padre, Joaquín El Rabote. Esa luz, simbolizaba la presencia de su padre en pleno escenario y acompañando a su hija. La emoción fue tal que logró poner al Teatro Apolo en pie aplaudiendo a rabiar y es que María La Rabota sabe como nadie transmitir emoción, alegría, sentimiento, en fin, todo lo que engloba el flamenco y más con un arte nacido en su barrio de Pescadería.
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