El pasado es prólogo. En orden al comentado encuentro en la cárcel entre Pablo Iglesias y Oriol Junqueras vuelve el eco de una cena celebrada en Barcelona el sábado 27 de agosto de 2017. Aquella colación dio mucho que hablar, no por el menú, pero sí por el anfitrión y los comensales. Oriol Junqueras, por aquél entonces vicepresidente de la "Generalitat" de Cataluña, Pablo Iglesias, líder de Podemos, Xavier Domènech hoy retirado de la política y Jaume Roures, magnate de los medios audiovisuales (Mediapro, La Sexta, etc) de reconocido activismo izquierdista.
De aquella cena los competidores de ERC en el Parlamento de Cataluña (Marta Pascal, por entonces coordinadora del PdeCat) dijeron que "olía a tripartito", en alusión a una posible reedición de una fórmula de gobierno de controvertida memoria. Aquella cena acude a la memoria en razón de la entrevista de los dos líderes políticos ahora en la prisión de Lledoners (Barcelona) dónde Junqueras se encuentra en situación de preso preventivo a la espera de juicio.
Le aguarda sentencia en relación con el intento de golpe institucional del pasado otoño en Cataluña. Hay precedentes pero no deja de ser surrealista que un político visite a otro en prisión. Sobre todo si como se ha comentado hasta la saciedad, Iglesias fue al encuentro con un ejemplar del proyecto de Presupuestos para el 2019 acuerdo firmado hace unos días por el presidente Pedro Sánchez en nombre del Gobierno de España y por el propio Pablo Iglesias en nombre de Podemos. El proyecto, para acabar en el BOE, está urgido del apoyo de los partidos secesionistas y de los votos del PNV. ERC tiene 9 diputados en el Congreso. Los portavoces de este grupo han reiterado hasta la saciedad que si el Gobierno quiere contar con sus votos deber "hacer un gesto" indicando a los fiscales que retiren las acusaciones contra los políticos catalanes presos. Condición, hoy por hoy, inasumible por el Gobierno de España.
En apariencia, el bloqueo está servido. Pero a Pedro Sánchez que le ha cogido gusto al cargo le urge asegurar la aprobación de los Presupuestos y, de paso, culminar la legislatura así que hará lo que sea menester. A los separatistas no les interesa un adelanto electoral, la sombra del PP y de Ciudadanos les quita el sueño. Pero Pablo Iglesias, como intermediario del actual Ejecutivo acude de triunfador y con visión estratégica plantea el encuentro con Junqueras con luces largas. Pensando en Cataluña y en posibles acuerdos tripartitos y pensando en el conjunto del Estado dónde la debilidad política de Sánchez, de facto, ha convertido al líder de Podemos en "vicepresidente" del Gobierno.
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