Autoestima, pancartas y ucronías

La ucronía es un ejercicio literario consistente en plantear una realidad alternativa a partir de un hecho histórico cierto. Un relato ucrónico plantea cómo sería el mundo si el desarrollo de un acontecimiento histórico hubiese sido diferente. Por ejemplo, que nuestros niños estarían estudiando alemán si los nazis hubieran ganado la guerra. Pero pensemos en una ucronía más cercana y modesta. ¿Se imaginan qué estaría pasando en Almería si bajo un gobierno del PP se descubriera que los planes de llegada del AVE se retrasan, de nuevo, dos años más? ¿Se imaginan que pasaría si el Ministro de Fomento de un gobierno popular se negase a recibir al Alcalde socialista de Almería mientras recibía a todos los alcaldes y concejales populares del resto de España? ¿Se imaginan que un gobierno del PP hubiera llegado a cumplir su proyecto de cortar la llegada de trenes a la capital mientras durasen las obras del paso a nivel del Puche? Se trata de una ucronía bien fácil, porque no hay más que repasar la prensa para ver con claridad que el reparto habitual de autoestimados que opera bajo la divisa “sociedad civil almeriense” estaría permanentemente en la calle, protestando y buscando implicar a colectivos, asociaciones, cofradías y agrupaciones de pulso y púa. La circunstancia llamativa es que todo lo que he descrito está pasando, pero bajo el progresista impulso de un gobierno digno, decente, trasversal y ecofeminista. Y el vigor reivindicativo de antaño se ha evaporado con la misma sutileza del rocío al abandonar el pétalo. Hay vida tras las pancartas. Tanto es así que la Mesa de Ferrocarril del PSOE se ha visto forzada a hacer como que se manifiesta y ha programado “una concentración”. La cosa promete.