El que se mueve no sale en la foto”. Conocida es la sentencia pronunciada por Alfonso Guerra cuando se encontraba al frente del aparato del PSOE. Una advertencia hacia quienes pudieran sentir la tentación de romper el orden establecido dentro del partido. Aunque se trata de un aviso para navegantes, refleja a su vez la importancia que para la clase política tiene la imagen, la fotografía. Hay que salir en la foto.
Esa obsesión por la foto les induce, a veces, a protagonizar ridículos apoteósicos como el que llevó, en 2013, a catorce políticos del municipio de Alhendín, Granada, a inaugurar una rotonda de pequeñas dimensiones.
Pero quizás los episodios más sonrojantes sean los perpetrados últimamente por Juan Manuel Moreno Bonilla, actual presidente del PP de Andalucía y candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía.
Resulta difícil de comprender la idea de comenzar una campaña en el pórtico de un prostíbulo. Que sí, que es donde se supone que el exdirectivo de Empleo “se equivocó” de tarjeta diez veces al pagar; pero al final, la imagen que prevalece es la de Bonilla a las puertas de un puticlub. Plantear que un tipo se publicite en la entrada de un burdel se antoja como mínimo arriesgado.
Y como cualquier trama que se precie necesita de un crescendo, al bueno de Juanma no se le ha ocurrido otra cosa que llevar a un grupo de periodistas al pinar de la Puebla del Río (Sevilla). Donde en 1974, algunos dirigentes socialistas, entre los que se encontraban Felipe González, Manuel Chaves y Alfonso Guerra, dejaron una foto para la historia, la famosa foto de la tortilla. La cámara era del fotógrafo Pablo Juliá, que configuró los parámetros, pero quién apretó el botón fue Manuel del Valle, que a la postre sería alcalde de la capital hispalense.
Al margen de la falta de pudor que supone el apropiarse de símbolos e imágenes que no les pertenecen, tal reivindicación se le puede volver en contra con solo recordarles su postura ante el estatuto de autonomía. UCD pidió la abstención con el eslogan: “Andaluz, este no es tu referéndum”, al tiempo que Alianza Popular abogaba directamente por el No. Solo el patetismo alcanza a justificar que la derecha revindique ese momento de clandestinidad socialista. Este hombre también se ha hecho una foto comiendo en un lugar tan andaluz como un Burguer King. ¿Qué será lo próximo, abrazarse a un póster del Che Guevara? La única explicación ante tanta torpeza es que su asesor de imagen sea un topo del PSOE.
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