Tres millones de euros… ¡al día!

Hablar de dinero es algo, cuando menos, impropio entre personas razonablemente educadas. Yo recuerdo que cuando antes, a los niños nos enseñaban a obviar en las conversaciones el tema económico y a no preguntar jamás por lo que ganaban los padres, ni a presumir de las cosas más valiosas o alardear de tal o cual gasto. Y, francamente, pocas ocasiones resultan tan irritantes como una campaña electoral para aquellos a los que el parloteo monetario les resulta incómodo. Los candidatos abren la boca y, como cornucopia descompuesta, empiezan a manar por ella los euros en torrencial caudal. Epidemia severa se registra estos días entre los aspirantes socialistas, a los que no se les cae el euro de los labios en cuanto detectan un micrófono próximo. Debe ser una consigna, digo yo. Entre todos los casos destaco, por su relevancia clínica, el del secretario general de los socialistas almerienses, José Luis Sánchez Teruel, que preso del febril delirio preelectoral ha afirmado que la Junta de Andalucía se gasta tres millones de euros al día en Almería. Repito: tres millones de euros al día en Almería. Cáspita. ¿En qué estará gastando hoy la Junta ese dineral? ¿En el barracón donde estudian sus hijos? ¿En el Cable Inglés? ¿En los lamparones de humedad de la Alcazaba? ¿En estudiar las telarañas que cubren las olvidadas obras de la Autovía del Almanzora? ¿En raspar el óxido de las vigas de la Casa del Mar? ¿En reparar el contador de días sin obra en el AVE que se les averió cuando volvió el PSOE al gobierno? Qué dudas, oye. ¿Y en qué los gastará mañana? Qué sinvivir. En fin, en alguna ocasión he escrito que durante la campaña solemos rebajar un poco las expectativas de seriedad de los candidatos sometidos a una agenda diaria apretada y compleja, pero esto de los tres millones es el chorreón que colma el barreño del choteo sobre determinadas formas de entender el ejercicio de la política. ¡Tres millones de euros! ¡Al día! Hay desbordes mentales que no los corta ni el Tanagel.