Un espejo en el que mirarnos con orgullo

Lo mejor de Andalucía. Su reflejo. El de su inteligencia, su carácter emprendedor, el espíritu innovador, el saber hacer y la capacidad de trabajo de nuestra tierra, de nuestra gente, de nuestro sector agrario y pesquero. Eso, todo eso, y más, son los Premios Andalucía de Agricultura y Pesca 2017, unos galardones con los que reconocemos, porque es necesario, justo, a empresas, entidades, profesionales y ciudadanos en general que son responsables directos de la excelencia, la calidad, la sostenibilidad de los productos de nuestro campo y nuestro mar, de su conquista de los más selectos paladares, de los mercados internacionales, de la vida, que es mucha, y del futuro de nuestros pueblos.

Porque son parte de esa marca, de ese éxito colectivo que es, en última instancia, Andalucía.

No hay duda de que, aun sin querer ser más -tampoco menos- que nadie, vamos por delante, estamos en la vanguardia en muchos campos, entre ellos, en el agroalimentario, donde nuestra posición de liderazgo es indudable. El sector se erige en uno de los principales motores de la economía de nuestra región. Con unas 250.000 explotaciones y más de 5.000 industrias agroalimentarias, representa el 8% del PIB y el 10% del empleo de la comunidad autónoma y aporta la cuarta parte de la producción agrícola de España y el 30% del valor añadido.

Andalucía, no en vano, encabeza el ránking de las ventas nacionales de productos agroalimentarios al exterior. En 2017, registramos nuestro mejor año de la historia al alcanzar los 10.937 millones de euros. No es baladí, la cifra supera en un 9,2% el valor de las exportaciones de 2016 y equivale, prácticamente, a uno de cada cuatro euros -el 23,4%- ingresados en la balanza comercial española por la transacción internacional de alimentos y bebidas, según datos de Extenda  Agencia Andaluza de Promoción Exterior, entidad dependiente de la Consejería de Conocimiento, Investigación y Universidad.

Lo vemos cada día, en cada eslabón de la cadena, en el recorrido que nuestros productos hacen desde el campo o el mar hasta el consumidor final, pero lo vamos a ver con más nitidez, con una simple mirada, el próximo 22 de noviembre, en el Paraninfo de la Universidad de Almería, en la Gala de los Premios Andalucía de Agricultura y Pesca 2017, que nos permitirá ver, al contemplar esa fotografía de todos los reconocidos, la grandeza del camino recorrido, la diversidad de nuestras producciones, lo lejos que hemos llegado y, lo más importante, los mimbres que tenemos, para ir aún más lejos, mucho más.

La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Cordero Segureño (Granada), la campaña regional de Defensa de la Pesca de Arrastre Sostenible del Mediterráneo, la feria Ecoliva de Puente de Génave (Jaén), las Bodegas Luis Pérez de Jerez de la Frontera (Cádiz), la Uva Pasa como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (Málaga) son, en este sentido, ejemplos firmes de nuestro sello, el de la diferenciación, el de nuestra responsabilidad ambiental, el de la apuesta por lo ecológico y por la preservación de nuestros cultivos tradicionales, de nuestra propia esencia, de nuestra identidad, de lo que somos.

Porque sabemos de donde venimos y adonde vamos, porque protegemos nuestro pasado, todo ese legado del ayer para, desde él, afrontar nuestro futuro, de la mano de la innovación, de la eficiencia, de la promoción, de la sabia nueva de los jóvenes, de la mujer y su papel fundamental, de la amplitud de miras, algo de lo que también son referentes la comunidad de regantes del sector B-XII del Bajo Guadalquivir (Sevilla); el chef Xanty Elías en su Restaurante Acánthum (Huelva); o Pilar Gómez Fernández, presidenta de la Asociación de Cooperativas Agroalimentarias (Amcae) de Andalucía (Córdoba).

Y en nombre de todos, porque han sido piezas fundamentales, porque han dado mucho, todo, para que nuestro campo sea hoy lo que es, nuestro homenaje sincero a las dos menciones especiales ‘Miguel Manaute’. Por un lado, a Francisco Vargas, el recientemente desaparecido presidente de Asaja-Almería, y por otro a Ángeles Arquero, por su dilatada trayectoria profesional, vinculada a la Administración agraria, ambos con una inmensa vocación de servicio. Lo dicho, una expresión que lo resume todo, un espejo en el que mirarnos para sentirnos orgullosos, lo mejor de nuestra tierra y de sus gentes.