Trabajar más y murmullar menos

Marruecos se perfila como un firme competidor de la agricultura bajo plástico de Almería. Una interesante información de Antonio Fernández en LA VOZ DE ALMERIA detallaba hace poco que la progresión de los cultivos de invernaderos en nuestro vecino del sur está siendo muy superior a la que se registra en nuestra provincia, según informes elaborados por la Consejería de Agricultura de la Junta con la ayuda de modernas técnicas de análisis de imágenes por satélite. 

Ojito con la tostada, que los vecinos tienen hambre. Por eso quiero recuperar una anécdota de hace algunos años, que es también un recuerdo cariñoso a un almeriense ejemplar en todos los sentidos, como fue el recientemente desaparecido Juan del Aguila. Les cuento. Durante una conferencia centrada la necesidad de resolver el problema del agua en el modelo agrícola almeriense, del Aguila ilustraba sus palabras con las conocidas imágenes del campo que todos conocemos: el brillo deslumbrante de los plásticos, los jugosos colores de los tomates y los pimientos, los azules del cielo y del mar recortándose sobre el mar de invernaderos, etcétera. 

Toda esa base sobre la que se levanta la economía y el bienestar de nuestra provincia dependía y depende de un factor vital que no está, por desgracia, a nuestro alcance. “Sin agua no hay vida”, solía repetir del Aguila en todas sus charlas. Pues bien, cuando los asistentes nos preparábamos para abandonar la sala, todavía con el regomello -por decirlo de un modo muy almeriense- de nuestro futuro hidrológico, el conferenciante se sacó de la manga uno de esos guiños de largueza que caracterizaban a quien, de la nada, había puesto a muchos en el camino del todo. 

“Disculpen un momento. ¿Ustedes creen que las fotos que hemos visto son de Almería? Pues no. Todas están hechas en Turquía hace unos días”. Aquello fue, primero, el silencio. Y después, el murmullo: “coño con los turcos”. Pues ahora, también Marruecos. Así que habrá que trabajar más y murmullar menos. In memoriam.