Cañones, mantequilla y predicciones

Como estudiante hube de enfrentarme, con resignación y escaso entusiasmo, al célebre tocho celeste del Samuelson, libro de cabecera del pensamiento económico razonable, en donde todo resultaba bastante farragoso, incluso esa famosa paradoja de los cañones y la mantequilla que el profesor intentaba explicar como algo jovial y ameno, mientras yo pensaba en las muchas otras cosas en las que puede gastar sus recursos un país. Pero si vuelvo al ilustre Premio Nobel no es tanto por su universal y poco ameno manual económico, sino por una frase suya mucho más al alcance de mis capacidades, que tal como la recuerdo era “Cualquier pronóstico basado en la evidencia puede salir horriblemente mal”. Esa idea se entiende fenomenal sin empollarse las 753 páginas del libro, y creo que habría resultado muy conveniente a muchos cargos y cargas del PSOE almeriense, que pocos días antes de las pasadas elecciones andaluzas auguraban un sonoro triunfo socialista, alentados quizás por su todavía líder, el Dr. Falcon, que aseguraba a la bancada popular en el Congreso que no les iba a gustar nada la respuesta de los andaluces en las urnas. La certeza era Tezanos y el desparrame de optimismo fue de los que hacen época. Así, el secretario provincial almeriense, José Luis Sánchez Teruel, afirmaba en una entrevista en campaña que el PSOE estaba “en su mejor momento de los últimos siete años”, siendo superado en perspectiva por la escatológica predicción de la portavoz municipal, Adriana Valverde, anticipando que el PP “se iba a comer un mojón” (sic). Piensen ahora en cómo está el PSOE y cómo está su ebúrneo líder: acorralado en el Parlamento, desnortado en Cataluña y con la amenaza creciente de sus propios barones. ¿El mejor momento del PSOE en los últimos siete años? Por su bien, espero que para la Lotería de Navidad hayan tenido mejor ojo que para las elecciones, porque a más de uno y a más de una le iba a venir de perlas ante el horizonte que se avecina. Y eso también es economía.