Manolo y las peras de Adriana

Los publicistas emplean el concepto “Top of mind” para explicar la capacidad del consumidor de escoger la primera marca que le viene a la cabeza en una determinada categoría de productos. Es decir, si pienso en coches, pienso rápidamente en tal marca, etcétera. En ese sentido, hay que reconocer que la singular campaña publicitaria que ha emprendido el PSOE almeriense en el sector del pequeño comercio -la cosa esa de

Los huevos de Manolo- les ha quedado muy “Top of mind” del alipori, que es una palabra bellísima y por desgracia en desuso, que define y condensa el sentimiento de la vergüenza ajena, es decir, esa turbación del ánimo que uno siente por lo que hacen o dicen otros. Pero no vengo a hablarles de publicidad ni de sus efectos (contentos deben de estar los protagonistas de unos anuncios que, por sus gestos y expresiones, parecen haber desayunado una infusión de la página de esquelas del ABC) sino del atronador silencio del ecofeminismo transversal y proactivo almeriense.

¿Qué es eso de emplear una voz femenina para susurrar en tono meloso que un tal Manolo tiene grandes los huevos? Y es que así es la delirante campaña que ha lanzado el PSOE almeriense, partido que protestó formalmente por el machismo de las megafonías feriales con reguetón. Los papichulos son unos machistas despreciables, pero las insinuaciones sobre los huevos de Manolo son el paradigma del respeto y la igualdad.

Se queda uno cuajado. Acompáñenme ahora en un interesante ejercicio. ¿Se imaginan que el PP hubiera hecho una campaña de apoyo al comercio usando a un locutor que, con voz cargada de testosterona, hablara de las grandes peras de Adriana? Algo así resultaría intolerable y casposo para la brigada feminoide de guardia, que se habría activado de inmediato contra la derecha falócrata que cosifica y desprecia a la mujer y bla-bla-bla. En todo caso, y al margen de suposiciones, me dicen que más de un socialista está ya hasta los huevos de tanta pera mental. Y también de las primarias.