Dos cómodas salas de estudio y una sala de trabajo, con capacidad para albergar aproximadamente 150 personas, han sido las primeras dependencias puestas al uso de la flamante Biblioteca Central José María Artero. Cientos de personas han pasado ya por unas instalaciones que permanecen estos días, coincidiendo con la época de exámenes, abiertas las 24 horas del día.
Apertura que pone de manifiesto el compromiso del alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, de tener en marcha desde el mes de enero unas instalaciones con las que damos respuesta a las demandas de buena parte de la sociedad almeriense, especialmente de los más jóvenes, que necesitaban un servicio como éste, céntrico, moderno, útil y dotado de las últimas tecnologías. Salas que durante el curso tendrán como horario base de 8 de la mañana hasta las 12 de la medianoche y que, en épocas especiales de exámenes, podrá ampliarse durante toda la noche, 24 horas.
Estoy convencido de que hacemos lo que los almerienses quieren que haga su Ayuntamiento: dar respuestas efectivas a demandas concretas. La biblioteca ha sido una de esas ansiadas peticiones que ya es una realidad y que se irá completando con la progresiva apertura de sus instalaciones. Contamos con la mejor biblioteca que jamás haya tenido la ciudad de Almería, avalada por nuestra Universidad, cuya implicación en el proyecto ha sido fundamental para que este espacio del saber llegara a buen término.
Un equipamiento en el que hemos invertido dos millones y medio de euros, que recupera para la ciudad un edificio histórico en desuso, con una superficie de 2.000 metros cuadrados y cuyo diseño original pertenece al arquitecto almeriense Guillermo Langle.
La Biblioteca Central Municipal se convierte así en una nueva dotación para una ciudad que apuesta por la cultura y el saber, un espacio llamado a ser punto de encuentro, de investigación, de aprendizaje y también de las nuevas tecnologías aplicadas al conocimiento.
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