Un atril con trastorno bipolar

Mis informaciones no llegan al extremo de conocer el origen carpintero del atril que usa el PSOE de Almería en su sala de prensa. Desconozco por tanto si ha sido hecho a la medida de sus usuarios y usuarias; si tiene una medida estándar para las hechuras de los comparecientes habituales o si ha sido ensamblado fatigosamente, como si fuera una estantería sueca. Lo que sí sé es que las facultades de Psicología y Física Aplicada de Argentina y de medio mundo deberían pujar urgentemente por hacerse con un objeto que ejemplifica, como pocos, los efectos de trastorno bipolar y la fatiga de materiales. Imaginen lo que podrían aprender de él los jóvenes estudiantes, porque lo que está experimentando ese artefacto es de historial clínico. Por ejemplo, la otra mañana el secretario provincial del PSOE almeriense, José Luis Sánchez Teruel se apoyó en él para quejarse de que como el nuevo gobierno de la Junta (PP-CS) no va a presentar en breve el Presupuesto, Almería no va a poder tener Hospital Materno Infantil ni Autovía del Almanzora. Con un par. Yo veía las imágenes y pensaba en ese aglomerado de chapa serigrafiada y en el estrés molecular de las tablas que durante años sostuvieron el inolvidable contador de días sin obra del AVE, y sobre las que resonó durante años el silencio más cómplice sobre obras y actuaciones que ahora se reclaman con tono de fingida preocupación. El atril no puede moverse y tiene que soportar el bochorno de sostener discursos tan desahogados como los que está protagonizando ahora el PSOE almeriense, estrenándose en el inexplorado papel de exigir a la Junta de Sevilla cosas para Almería. Pero quien durante años ha usado ese atril como reclinatorio para alabar las cosas que la Junta de Andalucía no hacía por Almería, no puede pretender usarlo ahora como catapulta sin evidenciar el descomunal ejercicio de impostura intelectual que supone el giro. En una de estas, el atril se les desmorona para evitar el bochorno. Al tiempo.