Reserva fraccionaria y la crisis de 1929

José A. Benitez Salas
14:00 • 27 mar. 2019

La Gran Guerra fue una ocasión única para testar el funcionamiento y las posibilidades del nuevo Dinero Fiduciario, Fiat Money o Papel Moneda, tanto en la financiación del esfuerzo bélico como en las consecuencias para vencedores y vencidos una vez concluida la contienda.


Mediante la financiación del esfuerzo bélico la Reserva Federal pudo comprobar que se podía aumentar la masa o base monetaria (MB-dinero líquido en manos del público) sin incrementar la cantidad  de oro que lo respaldaba sin efectos inflacionistas  si al mismo tiempo se retiraba esa misma cuantía del sistema mediante la emisión de Deuda Pública para financiar el esfuerzo bélico.


Concluido el conflicto con el Tratado de Versalles los vencidos (Alemania) quedaban obligados, entre otros, al pago de onerosas reparaciones de guerra en oro. Oro que por otra parte respaldaba su moneda (Marco Alemán) de modo que el Papel Moneda alemán fue perdiendo valor hasta entrar en proceso hiperinflacionario, cuyo recuerdo aún hoy aterroriza al Bundesbank y terminó dando al traste con la joven República de Weimar tras el triunfo (democrático) del Partido Nacionalsocialista. El trasfondo de estos hechos y el desenlace final es la historia ya sabida de la que bebió el congresista americano Howard Buffett.



Para Estados Unidos la situación económica era la opuesta: emergía como Primera Potencia Económica mundial y daban comienzo los felices años 20. En términos económicos los felices años 20 fueron la manifestación del efecto riqueza producido por un aumento de la masa monetaria (dinero) en el sistema respaldada por el oro.


Ahora bien, ni las compensaciones económicas en oro que Estados Unidos pudiese percibir de Alemania, ni la fortaleza de su economía, que señalaba Buffett, son suficientes para explicar ese aumento de la base monetaria sin tensiones inflacionistas o de tipo de interés. Existe un tercer factor a tener en cuenta: la Reserva Fraccionaria o Coeficiente de Caja.



Con la introducción del papel moneda la Banca podía conceder préstamos con el dinero depositado por sus propios clientes con el solo requisito de mantener una pequeña parte de esos depósitos en efectivo (generalmente inferior al 5%). Este porcentaje es la llamada  Reserva fraccionaria o coeficiente de caja. 


Básicamente existía el propietario del saldo del depósito por una parte y por otra el titular del préstamo disponiendo de la mayor parte de ese depósito a cambio de un interés. Es decir, la base monetaria (dinero) se multiplicaba (Efecto multiplicador bancario o de la Reserva Fraccionaria).



El efecto multiplicador bancario unido a la pujanza de la economía estadounidense hizo que a finales de los años 20 el sistema financiero de los EE.UU. se inundase de una liquidez que los bancos, en busca de una mayor rentabilidad, canalizaron a través del Mercado de Valores.


El desplome subsiguiente del Mercado de Valores en el que la mayor parte de las economías domésticas habían invertido sus ahorros provocó la quiebra de bancos y empresas en un efecto dominó ante la pasividad de un gobierno imbuido del laissez faire, laissez passer. Y el sistema financiero quebró.


El gobierno americano culpó la codicia de la banca, a la que acusó de dar préstamos dudosos a empresas en las que el propio banco había invertido, animando a sus cliente a invertir en esas mismas acciones. En prevención de similares actuaciones en el futuro  promulgó en 1933 la glass steagall act que establecía la separación entre la banca de depósito y la banca de inversión en Estados Unidos. Al separarlos se prohibió a los bancos de depósito utilizar los fondos de los depositantes para inversiones arriesgadas al tiempo que prohibía a los bancos de inversión tener una participación de control en los bancos minoristas. Asímismo se prohibió la conversión, que no el respaldo, de dólares en oro para evitar la retirada masiva de dinero convertible por los depositantes.


En cuanto al resto de medidas económicas tomadas para reactivar la economía se conocieron como el New Deañ basadas en el nuevo modelo económico elaborado por John Maynard Keynes en su “Teoría general del empleo, el interés y el dinero” que en cuanto a sus repercusiones monetarias en este artículo aún no nos afecta.



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