Siameses

José Antonio Garrido
00:37 • 03 abr. 2019 / actualizado a las 07:00 • 03 abr. 2019

En lo que llevamos consumido de Siglo XXI, 47 científicos han sido galardonados con el Nobel de Fisiología o Medicina, en las 19 ediciones celebradas. Y esto es así ya que lo habitual es que cada año sean varios los premiados. Pero no fue lo habitual en las primeras ediciones. En las cinco concesiones iniciales, los científicos reconocidos por el mayor galardón otorgado en el ámbito investigador, recibieron los honores sin más protagonismo que el suyo propio.


Pero en el año 1906, la Academia Sueca decidió premiar a dos enemigos íntimos; dos científicos irreconciliables. “Dos hermanos siameses unidos por la espalda”. El italiano Camilo Golgi y el español Santiago Ramón y Cajal. Según ha quedado registrado, el profesor sueco Emil Holmgren fue el encargado de elaborar un informe al respecto de los méritos de los dos científicos. Y en virtud a este informe, el merecimiento del español era muy superior al del italiano. Pero diferentes presiones hicieron igualar la balanza, llegando finalmente a la decisión salomónica de hacer compartirles el gran honor del Premio Nobel.


Y maldita la gracia que les hizo a ambos. Porque sus investigaciones se encontraban en real confrontación la una con la del otro. Mientras que Golgi proponía una red difusa para el sistema nervioso, Ramón y Cajal establecía un modelo neuronal con conexiones que daban lugar a la conducción de los impulsos, y que ponían de manifiesto la verdadera realidad de la célula nerviosa. Estructural y fisiológicamente, sus postulados eran antagónicos.



El tiempo terminó por dar la razón al español. Y aunque el profesor Golgi murió veinte años después de recibir el Premio, encabezonado en su teoría, la Academia Sueca supo entender cuál sería el camino que la historia tomaría. Por eso, en su reconocimiento a los galardonados destacó de Ramón y Cajal su trabajo sobre la estructura del Sistema Nervioso, mientras que del italiano destacó la creación de una técnica de impregnación argéntica, fundamental en numerosos estudios.


Recientemente, científicos españoles han puesto de manifiesto que los humanos somos capaces de generar nuevas neuronas hasta la edad de noventa años. El artículo ha sido publicado en una de las revistas científicas más importantes que existen, y su repercusión ha sido enorme. Porque, en éste, en el de la neurociencia, el campo cuyo germen cultivó Ramón y Cajal, quedan aún muchos logros por alcanzar. Bucear en los recovecos de nuestro cerebro y comprender sus entresijos es uno de los grandes retos de la Ciencia de nuestro tiempo.





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