Los que se empeñan en volver al pasado

Miren ustedes que lo lamento, pero no pude estar la otra tarde en el Teatro Cervantes para escuchar con atención la intervención del candidato Sánchez, pero por lo que he visto luego (ahora los mítines se dicen en cualquier parte y se ven en el móvil) he de decir que me llamó la atención uno de los mensajes que va repitiendo por toda España el pasajero del Falcon. Dijo don Pedro que el próximo 28 de abril los españoles tenemos dos opciones muy sencillas: o mirar al futuro con optimismo e ilusión votándole a él o retroceder cuarenta años en la historia votando a los que se empeñan en volver al pasado. Y lo llamativo de ese concepto no es la habitual contraposición entre lo bueno y lo malo que tanto se usa en la oratoria de campaña, sino que tuviera el cuajo de decir algo así a pocos metros de Fernando Martínez, al que el propio Dr. Cum Fraude encargó la luminosa e ilusionante idea de ir a desenterrar la momia del dictador Francisco Franco, muerto hace ya cuarenta y cuatro años. Todo un regreso al futuro. Los más memoriosos recordarán la muy abundante y fértil capacidad de las glándulas lacrimales de don Fernando en la tribuna de invitados del Congreso el día que se aprobó la excavación, en una caudalosa secuencia que bien podría haber usado Magdalenas Martínez como reclamo publicitario. En fin, llámenme loco o poco partidario, pero uno diría que nadie ha hecho tanto como el propio Sánchez y su inspirador, el inolvidable Zapatero, por revisitar el pasado más funesto y volver una y otra vez a un escenario de enfrentamiento y división entre españoles que muchos creíamos superado. La Humanidad ha sabido pasar páginas atroces, como la carnicería de sangre y barro de la Primera Guerra Mundial, el horror inabarcable de los campos de concentración, los bombardeos de Londres o Dresde, el espanto atómico de Hiroshima o el genocidio de hutus y tutsis. Pero en España hay quien entiende que le beneficia volver una y otra vez a la Guerra Civil del 36. Y ahí seguimos.