En nuestras manos

Son muchas las civilizaciones que han estudiado el cielo, registrado el movimiento de astros y elaborado calendarios, tratando de aunar dos ciclos temporales muy notables, el lunar y el solar. Casi toda la documentación maya al respecto se perdió con la conquista española en el s. XVI, gracias que se conservó gran cantidad de esculturas. Desde el 1000 a.C., al que se remontan los mayas, hasta hoy no habíamos contado con un documento gráfico como el que se ha conseguido, la primera imagen de un agujero negro, solo teníamos predicciones realizadas por Einstein. Agujeros negros que se tragan unos diez soles anuales y en cuyo interior podría haberse dado el origen del big bang.

Las predicciones de estos días nada tienen que ver con las de Einstein ni con eclipses o posiciones de Venus que predijeron los mayas; las encuestas políticas minan a la Estadística como Ciencia y no predicen nada, obligándonos a obviarlas y seguir tomando nota de lo que dicen y hacen unos y otros.

Como si de un agujero negro se tratase, la derecha extrema está engullendo a lo que hasta ahora había sido la derecha democrática española, éstos le compran el discurso a aquellos y se enfangan en la descalificación, el populismo, el hablar sin decir nada, en la utilización de las víctimas del terrorismo,…, el nivel cultural y político es tan paupérrimo que el país corre riesgos insospechados si no elegimos, de forma contundente, el tipo de gobierno que preferimos y, por ende, el país que queremos.

Dijo Homero: “No sé lo que depara el futuro, pero sé quién tiene el futuro en sus manos”, efectivamente, podemos hacer que pase, que haya esperanza en que no vuelvan a las instituciones la corrupción política, la confrontación territorial sin buscar soluciones dialogadas, ni aún menos el recorte en servicios sociales, derechos y libertades, sello de las derechas; está en nuestras manos que no tengamos en España un big bang que reseteé nuestro estado democrático que tanto ha costado conseguir.