El adelanto de las elecciones en Andalucía inauguró un largo e intenso ciclo electoral en el que se dirime el sesgo político que tendrá casi todo el entramado institucional del país e incluso de Europa. Están en juego el gobierno de la Nación, los gobiernos municipales y la configuración del Parlamento Europeo. El resultado de las elecciones andaluzas, que se ha traducido en un Gobierno de las derechas, ha sido posible por la importante desmovilización del electorado que en citas anteriores había votado a las formaciones progresistas y de izquierdas. Esta primera convocatoria electoral ha supuesto, también, la irrupción en las instituciones de una fuerza política de signo indiscutiblemente reaccionario.
Hay una corriente política profundamente retrógrada que se viene abriendo paso en Europa, que supone la mayor amenaza a la cohesión social y cívica, al propio concepto de ciudadanía y de democracia, y que ahora surge en España y contamina al conjunto de planteamientos políticos de las derechas liberales y conservadoras. Hablamos de ideas misóginas, racistas, xenófobas y antisociales que no formaban parte del acervo político español desde hace décadas más que en ámbitos marginales y extraparlamentarios. Hoy, quienes defienden este ideario amenazan con condicionar decisivamente el futuro gobierno de España.
El retraimiento del electorado progresista debe hacer reflexionar a las fuerzas que aspiran a representarlo sobre cuánto hay en él de desencanto ante su discurso y su práctica, pero a la vez expresa un exceso de confianza, como si “no pudiésemos ir a peor”. SÍ, sí podemos ir a peor.
Ante la trascendencia de este ciclo electoral ya en marcha, las personas que formamos las CCOO reafirmamos nuestro compromiso con los valores democráticos y con el fortalecimiento de nuestra democracia. Lo que para nosotros y nosotras supone Igualdad plena entre mujeres y hombres, Tolerancia, Respeto, Diálogo y Convivencia entre diferentes, total Libertad de Expresión y Manifestación, Igualdad y Justicia, Empleo de calidad, Salarios y Pensiones dignas y Protección Social, en unas relaciones laborales equilibradas, una Funció Pública al servicio de los ciudadanos y ciudadanas y una Sanidad, Educación y atención a la Dependencia universales, un crecimiento económico respetuoso con el medio ambiente, una redistribución de la riqueza justa y equitativa.
Por todo lo anterior, hacemos un llamamiento a las trabajadoras y trabajadores y al conjunto de la ciudadanía, a participar en las próximas convocatorias electorales. La democracia se fortalece o debilita según la cantidad de personas que se sientan concernidas y expresan su implicación a través del voto. Esto es siempre así, pero en este momento histórico, en el que tantas cosas están en juego, dentro y fuera de nuestras fronteras, acudir a las urnas adquiere una mayor relevancia.
Por tanto, nos comprometemos a desarrollar cuantas iniciativas nos sea posible para animar a la participación electoral, convencidos de que la mayoría social desea y aspira a disfrutar de una democracia plena. Porque estas no son unas elecciones más, van a ser determinantes para el futuro del país que queremos.
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