He dedicado unos minutos a revisar los diferentes programas electorales y, con la ayuda de un marcador, he ido señalando los más llamativos e innovadores argumentos que se presentan por todas las formaciones políticas. Haciendo omisión del cansino e inútil argumento ideológico, he contado 63 novedades y mejoras en los servicios municipales, tanto las que son competencia municipal como las que son responsabilidad de otras administraciones (nacional, autonómica y provincial). En campaña, los candidatos se cargan de responsabilidades y competencias que no les corresponden; luego, cuando llega la realidad, se quejan por no tener recursos económicos ni capacidad operativa para atenderlas. En campaña todo vale.
De llevarse a cabo todas las medidas anunciadas, Almería adelantaría varios puntos en confort, bienestar, atención social y servicios públicos a las capitales de Dinamarca, Noruega y Suecia. Copenhague, Oslo y Estocolmo quedarían a bastante distancia de Almería en servicios públicos, atención social, gratuidad y abundancia. El problema radica en la palmaria realidad: no hay dinero ni muchos dirigentes sensatos para poder alcanzar un mínimo porcentaje de lo que prometen. Y es ocioso entrar en el detalle de los “argumentos secundarios”: financiación, viabilidad, eficacia y utilidad.
Lo que parece increíble es la pésima gestión de la izquierda (PSOE-IU) que, haciendo poco a nada, consigan llevar al Ayuntamiento a la ruina. Esto es un hecho histórico. Recuerden cuando el gobierno de la izquierda y la extrema izquierda dejaron tiesas las arcas públicas y, al llegar la nueva corporación del PP presidida por Megino, se tuvo que pedir un préstamo a la ONCE para poder pagar el sueldo de los funcionarios, porque no dejaron ni para las nóminas del mes. Esto tendría alguna justificación si se hubiesen hecho grandes inversiones en infraestructuras o se hubiese disparado el presupuesto en Cultura, atención a los barrios, etc. No. Con una mamarrachada de Cabalgata de Reyes Magos; prohibiendo el Belén Municipal; alumbrado paupérrimo; limpieza deficiente; barrios como guetos… aun así, dejan el Ayuntamiento en la ruina.
Una de las ofertas más ofensivas para engañar a los ciudadanos es la pretensión de hacer casi todo gratis: autobuses, cultura, servicios y suministros. Además, buscan nuestra complicidad en el recurrente mantra de “para las personas más necesitadas” y otros argumentos de riesgo de exclusión en los que caben los verdaderos menesterosos a los que, sin duda, hay que atender. Pero hay también otros que son auténticos sinvergüenzas, okupas y delincuentes que provocan cortes de electricidad con enganches ilegales.
Toda esta fauna que goza de la especial protección del PSOE, IU, Podemos… es la consecuencia de que la clase media -la verdaderamente trabajadora- no levante cabeza con la cantidad de impuestos y gasto público que ha de soportar para mantener el incesante granero de votos de la izquierda.
Se llevan a Pleno asuntos como los cortes de luz por enganches ilegales con la pretensión de que se refuerce el servicio; Endesa redobla la potencia y, consecuentemente, aumentan los cultivadores clandestinos de marihuana. La delincuencia y el fraude, abrigados por el epígrafe de “clases más desfavorecidas”, se ha convertido en nueva patente de corso para piratear por doquier. No sé si en este epígrafe también entran los dos candidatos de Cantabria (Podemos), detenidos cuando cultivaban 500 plantas de “maría”.
Solidarios Hemos de ser solidarios, pero no podemos hacer el “canelo” permanentemente. Dice una candidata de Podemos que la solución habitacional en Madrid “se resuelve expropiando doscientas mil viviendas propiedad de los fondos buitre”. Le pones un adjetivo a los bancos alusivo a aves carroñeras, saurios, quelonios u ofidios y ya tienes licencia para expropiar por tus santos cojones. ¡Hala! Patada en la puerta y que salga la seguridad jurídica por la ventana. Aquí las propiedades son sospechosas aun con escritura e inscripción en el Registro. Si te cae en suerte un gobierno “progresista” radical puede decidir si eres expropiable; todo depende de si te consideran facha, racista, xenófobo, católico, capitalista… en cuyo caso, además, habrás de ser criticado y reconvenido a prestar más respeto, solidaridad, colaboración y tolerancia con otras confesiones religiosas, tradiciones, costumbres e ilegalidades que cuentan con el beneplácito y la cobertura de la izquierda y la extrema izquierda reaccionarias.
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