El próximo 26 de Mayo estamos convocados a las urnas para decidir quién queremos que nos represente en los Ayuntamientos y en los gobiernos de 12 Comunidades Autónomas.
Históricamente la participación en estos comicios locales ha sido bastante aceptable no sólo en España sino también en los demás países europeos dada la proximidad de la administración local con el ciudadano.
Sin embargo, cuando hablamos de elecciones europeas el interés decrece sustancialmente.
En España es una suerte que coincidan con las municipales porque, caso de no ser así, la participación sería menor.
Si examinamos el gráfico histórico de las elecciones europeas (que se celebran cada 5 años) vemos un claro descenso que ha caído de un 62% a un 42% en las cuatro últimas décadas incluso a pesar de haya varios países, como Bulgaria, Bélgica y Grecia donde el voto es obligatorio.
Los responsables europeos muestran su preocupación y, por eso, han elegido el lema “ESTA VEZ VOTO” con la intención de animar a los ciudadanos europeos a participar para elegir su futuro.
Debemos saber que los ciudadanos de la UE elegiremos a los 751 miembros del Parlamento Europeo.
El reparto de escaños se realiza con un sistema complejo de proporcionalidad: cada Estado miembro no puede tener menos de 6 ni más de 96 escaños. La cuestión del Brexit ha provocado que la reducción de escaños de 751 a 705 prevista en esta convocatoria, se retrase hasta la salida oficial de la UE del Reino Unido.
Los países con más peso son Alemania (96 escaños), Francia (74), el Reino Unido (73), Italia (73) y España (54).
España obtendrá cinco escaños más cuando el Reino Unido se vaya de la UE.
El 9 de Mayo fue el Día de Europa y casi nadie se enteró y esto demuestra que Europa tiene una enorme carencia emocional.
No la sentimos. Sin embargo, la UE es hoy, a pesar de haber sido escenario de las peores guerras y enfrentamientos, el estandarte mundial en el respeto a los derechos humanos, en la protección del Estado a los ciudadanos, en la igualdad y en la justicia social.
¿En qué otros lugares del mundo se vive con mayor bienestar a pesar de las contradicciones y problemas emergentes?
Es imprescindible recuperar la conciencia de identidad europea, que resquebrajó la crisis económica, para luchar contra los extremismos que pretenden destruir nuestro bienestar común y también para solucionar, remando todos en la misma dirección, cuestiones tan impactantes como la de los refugiados, la inmigración-mafia y el muchas veces irracional nacionalismo. Sólo una verdadera UE puede mantener el nivel actual de desarrollo.
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Pedro Mena Enciso