Por allá resopla Indalecio

Hace unos meses, cuando el PSOE almeriense orquestó esa jugada maestra de escenificar unas primarias para proclamar a una candidata a la alcaldía con barítono acoplado de voz cantante (lo más divertido del columnismo político es no dar nombres y que todo el mundo los sepa) emergió de la abisalidad la figura política del concejal Indalecio Gutiérrez, que empezó a pisar la cubierta del barco socialista haciendo mucho ruido, tal como caminaba el capitán Ahab por su barco ballenero. “Yo no doy razones; yo doy órdenes”, decía a su tripulación. 

Y así, subido a la ola del momento, Indalecio resopló algunos titulares de esos que eran un arponazo en el lomo. “Fernando Martínez es el estandarte insuperable del socialismo almeriense”, dijo, al tiempo que aseguraba tener en la mano la llave que abriría la puerta de los más altos despachos del Gobierno de España si la candidata socialista alcanzaba la alcaldía de Almería. “Ole, ya está aquí el tío”, le cantaron con guasa desde la SER. 

Y ahora, igual que el único superviviente del naufragio del “Pequod” se mantenía a flote agarrado a un féretro, ha vuelto pillar ola para resoplar -inventándoselo- un pacto preelectoral entre PP y VOX para gobernar el Ayuntamiento de Almería. Con un par. No satisfechos con el exitazo electoral obtenido gracias a una campaña municipal basada en la conmovedora milonga de los bloques ideológicos, los socialistas almerienses vuelven a la carga por el mismo sitio que tantos éxitos les ha deparado. Allá cada cual. Y puede que sean los efectos traumáticos del naufragio o la incertidumbre del futuro laboral -a lo mejor los pactos previos los tenemos que buscar por ahí- pero alguien que presumía de amistad y proximidad con los altos cargos del PSOE debería saber que hasta el mismo Secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ya no habla de “bloques ideológicos” sino de “bloques de regeneración”. Ya ven que todo es capaz de regenerarse, salvo el PSOE de Almería.