Kayros
23:24 • 22 feb. 2012
El planteamiento estratégico suele ser más o menos como sigue. Habla la derecha: ¿Ven ustedes? No llevamos ni dos meses en el poder y ya está la izquierda armando follón. Era lo esperado, dicen, al quedarse sin coche oficial y sin las sinecuras del dinero público. El PP cree que con manifestaciones no se consigue nada. Mala memoria, pues. La transición española se logró con manifestaciones y correrías estudiantiles sin olvidar algunas tandas de garrotazos. Se sabe que las madres de la Plaza de Mayo en Argentina contribuyeron al conocimiento internacional de los crímenes de la dictadura. Y ¿qué hubiera sido de los derechos civiles en USA sin aquella largas marchas donde los negros reclamaban pacíficamente su estatus de ciudadanos? No es cierto pues que con las manifestaciones no se consigue nada, sobre todo cuando tropezamos con un poder casi absoluto en donde al administrado ya no le resta otra cosa que el pataleo. Pero es curioso, a la vez que se dice que con manifestaciones no cambian las cosas, se tiene al menos la gallardía de afirmar que todos podemos manifestarnos.
Aquí es donde el problema se adelgaza y adquiere una complejidad inusitada. Aparecen, a juicio del Gobierno, los agitadores, los correligionarios del Cojo Manteca. Aparece también el gran papel que juegan las fuerzas de seguridad en la sociedad democrática. Y finalmente se tiende a volver atrás queriendo insinuar que cuando gobernaba Zapatero no había escaramuzas callejeras. Mentira.
Con los socialistas se manifestaron hasta los obispos y hubo una huelga general con el aplauso de la derecha. Entonces ¿qué valor atribuimos a los agitadores? ¿Ustedes creen que cuatro revientafiestas pueden en tan poco tiempo movilizar medio país contra las reformas del PP? Son otras razones. Es el despido casi libre, la subida de impuestos, el abandono en la educación y la escasa esperanza de futuro lo que da alas a los jóvenes contra los excesos de las fuerzas de seguridad. Y Dios quiera que esto no vaya in crescendo.
Aquí es donde el problema se adelgaza y adquiere una complejidad inusitada. Aparecen, a juicio del Gobierno, los agitadores, los correligionarios del Cojo Manteca. Aparece también el gran papel que juegan las fuerzas de seguridad en la sociedad democrática. Y finalmente se tiende a volver atrás queriendo insinuar que cuando gobernaba Zapatero no había escaramuzas callejeras. Mentira.
Con los socialistas se manifestaron hasta los obispos y hubo una huelga general con el aplauso de la derecha. Entonces ¿qué valor atribuimos a los agitadores? ¿Ustedes creen que cuatro revientafiestas pueden en tan poco tiempo movilizar medio país contra las reformas del PP? Son otras razones. Es el despido casi libre, la subida de impuestos, el abandono en la educación y la escasa esperanza de futuro lo que da alas a los jóvenes contra los excesos de las fuerzas de seguridad. Y Dios quiera que esto no vaya in crescendo.
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