El PSOE almeriense está preocupado por el cumplimiento de los plazos del Hospital Materno-Infantil que la Junta de Andalucía está terminando de construir junto a Torrecárdenas. Dicho así suena bien… pero en la Luna o en cualquier otro lugar en donde no se conozca la desafortunada trayectoria que el PSOE acumula en torno a esta obra, perfecta metáfora de lo que el juntandalucismo socialista ha supuesto para Almería en los últimos cuarenta años: una imparable progresión de retrasos, embelecos y chapuzas administrativas. El discurso del vendemantas trasladado al BOJA. Piense ahora en algún gran proyecto de la Junta del PSOE en Almería que haya finalizado en plazo. No encontrará nin-gu-no. Por eso, que desde el PSOE se escenifique ahora inquietud por la finalización del hospital es tan, pero tan desvergonzado, que sólo puede mover a la risa o a la conmiseración por quien no termina de asumir que la democracia te pone y te quita de los gobiernos. Y como la soberbia política de muchos socialistas está por encima de la estratosfera, acusan la falta del oxígeno de los despachos de los que se creían propietarios con declaraciones que tienen, más que un análisis político, un diagnóstico clínico: esta gente está mal. Conviene recordar, sin ánimo de ser prolijo, que el PSOE anunció este hospital en 2007, anunciando que este “hotel para madres” (así lo presentaron) estaría listo en 2011. En 2011 pusieron la primera piedra y aplazaron su apertura a 2014. Tras largos años de nada y un inicio de obras que apenas sirvió para llegar a levantar su estructura, llegó 2018 y con él, lo inconcebible: la pérdida de la Junta de Andalucía. Y les pilló sin haber terminado ese “hotel para madres” del que tanto alardeaban hace doce años. Ahora, pásmense, dicen que están preocupados por los plazos de su terminación. ¿No hay en el PSOE nadie sensato que les haga ver que diciendo esas cosas tan sólo consolidan el recuerdo de su proverbial inutilidad?
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