¿Dinamita?

Rafael Torres
11:00 • 01 ago. 2019

Si el PSOE podría respirar relativamente tranquilo ante la perspectiva de nuevas elecciones, no sería tanto por la intención de voto que le adjudica el entusiasta CIS de Tezanos como por las nuevas plantillas dirigentes de sus adversarios de la derecha, de las que sobresalen un De Quintos en el caso de Ciudadanos y una Álvarez de Toledo en el del PP que, a golpe de tuits absurdos y de chascarrillos incendiarios, pueden dejar al partido de Sánchez al borde de la mayoría absoluta.


Todavía conmueve, y turba, aquél tuit de enero de 2016 con el que Cayetana Álvarez de Toledo, marquesa de Casa Fuerte y nueva portavoz parlamentaria del PP, se dio a conocer del gran público, ignorante hasta esa fecha de la gran cultura que, al parecer, la susodicha atesora. En él, doña Cayetana anunciaba al mundo que no le perdonaría jamás a Manuela Carmena, a la sazón alcaldesa de Madrid, el disgusto que le había dado a su hija. El disgusto, de órdago a juzgar por la reacción materna, lo suscitó la vestimenta del rey Gaspar en la Cabalgata de los Reyes Magos, una túnica más de mago que de rey que no satisfizo las expectativas indumentarias, acaso más monarquizantes, de la criatura.


Tras la maldición tuitera, y pese a la hilaridad que produjo su estilo y contenido en el común de los mortales, Cayetana Álvarez de Toledo se quedó tan ancha, o más ancha que larga, pero ahora que tiene que decirle cosas en el Congreso a Pedro Sánchez, a viva voz y todo el rato, podemos irnos preparando: por la brillantez oratoria y vasta formación académica que tanto pondera en ella Casado, no nos extrañe si en cualquier debate parlamentario le llama “íncubo” en un rapto de inspiración.



De Quintos es otra cosa, pues su anterior empleo de vicepresidente de una conocida marca de refrescos no debió exigirle un cultivo exhaustivo de sus dotes intelectuales. Tal vez por ello, sin embargo, el flamante fichaje de Rivera ignora, o quiere ignorar, que un Estado democrático, garantista, civilizado, de derecho, no es una banda terrorista que pueda sepultar vivo en un zulo durante año y medio al secuestrador etarra que tal monstruosidad hizo con Ortega Lara, y que cumplida la sentencia de 22 años de cárcel por su criminal acción, ha salido recientemente de ella.


Para un futuro político inmediato que requerirá, como ningún otro, sosiego, racionalidad, estatura y diálogo, tales son los fichajes de Ciudadanos y del PP. ¿Qué no fichará, entonces, Vox?





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