Ciencia versus Política

Una de las joyas culturales con las que cuenta Almería es el enclave arqueológico de Los Millares, con tres líneas concéntricas de muralla y una ciudadela en lo más interior del poblado, rodeada a su vez por otra muralla, con cabañas circulares en su interior construidas sobre zócalos de mampostería de piedra y barro, sobre las que se elevaban paredes de barro y caña, donde apoyar las cubiertas de ramajes, vegetales como el esparto y barro, y ayudadas por postes situados en el interior.

Tenían muy claro en el 3200-2200 a.C. eso de no empezar la casa por el tejado pero, paradójicamente, en la actualidad, para tratar de conseguir que la UNESCO reconozca Los Millares como Patrimonio de la Humanidad, el PP no quiere comenzar de abajo arriba, y está promoviendo una acción política a modo de exigencia al Ministerio de Cultura propia de cualquier cosa menos de buscar el interés general y cultural, encauzando la iniciativa en un origen político y no científico.

Los cimientos para una candidatura potente deben ser sólidos, además de seguir los cauces establecidos que comienzan con la proposición por parte de la Junta de Andalucía al Consejo de Patrimonio, formado por las CCAA y Ministerio, y no mediante Proposición no de Ley en el Congreso. Aunque la Junta de Andalucía lleva años realizando distintas actuaciones, como la aplicación para móviles de reconstrucción en realidad aumentada, hay que promover más iniciativas que realcen el yacimiento y ahonden en una dimensión educativa, así como desarrollar la idea de su importancia histórica con proyección internacional, que la tiene, quizás consiguiendo antes el Sello de Patrimonio Europeo, lo que podría beneficiar para que la UNESCO opte por Los Millares y no por otra candidatura.

No nos dejemos hechizar por los cantos de sirena oportunistas de algunos y seamos serios que, como dijo el poeta y dramaturgo de la Grecia antigua, Eurípides, “El oportunista que no sirve para nada siempre hechiza a la chusma.”