Confieso que me canso de salir al paso de lo mismo una y otra vez, pero el modo en que se formulan las preguntas a Goyo Fernández, presidente de Acción por Almería, en el suplemento de La Voz dedicado a la Feria, me obliga a levantar la mano y pedir a su director, Pedro M. de la Cruz, que me vuelva a dejar un huequecillo para hacer algunas precisiones.
Sorprende que a estas alturas aún haya que explicar que el sí, ganó abrumadoramente en Almería en referendum del 28F... al menos mientras 110.000 sea más que 11.000, es indiscutible que los almerienses se posicionaron a favor, como el resto de los andaluces.
Precisamente ese fue el motivo del bloqueo del proceso autonómico. Si los almerienses hubiesen votado no, pues listo, no había más que hablar. El problema fue que los almerienses dijeron que sí, pero con las normas insólitas impuestas para el referendum, los síes tenían que sumar más del 50% sobre el censo electoral por cada circunscripción -norma inédita no ya en las democracias, también en las dictaduras cuando ocasionalmente acuden a estas consultas- y no sobre los votantes efectivos de todo el territorio afectado, y eso no ocurrió. Es decir, el sí ganó, pero se perdió el referendum, creando un problema donde nunca debió haberlo... algo tan típico de los políticos.
Por otro lado, también hay que recordar qué se preguntó. La pregunta fue si queríamos la autonomía por el artículo 151, nada más. A partir de ahí se abría el abismo político. Sería prolijo detallar aquí cómo se desencalló la situación, asi que baste recordar esos dos detalles: Almería dijo sí a la autonomía por la vía de las nacionalidades... miente quien afirma que dijo no a estar en Andalucía. Preguntar por el rechazo a lo andaluz como si éste fuera generalizado en Almería, cuando precisamente de lo que se queja el entrevistado es de la buena aceptación que tiene es un paradójico ¿no?
En todo caso, no cabe confundir lo andaluz con lo sevillano, porque sería tanto como identificar lo madrileño con lo español, y no, los andaluces no hablamos como los madrileños, no, tampoco como los catalanes cuando hablan castellano, o con los gallegos cuando hacen lo mismo.
Y vayamos al habla. En Sevilla capital y su área de influencia, el seseo es lo común, en la provincia, el ceceo, y en El Ejido se habla muy diferente a Vera, pero es que en Los Cortijillos de Almería también es distinto a Pescadería, siendo la misma ciudad. Un mapa de hablas no resistiría la absurda distribución provincial actual, y nos llevaría a una más coherente, que sería la de las mancomunidades comarcales. Pero esa es otra historia.
En cuanto a que Sevilla nos roba... no, en todo caso será Andalucía (recuerdo que el leiv motiv del soberanismo catalán es “España nos roba”, no Madrid), que Sevilla es tan Andalucía como Almería (Fausto Romero: “Almería es Andalucía. Almería dio a luz Andalucía”), pero ni más ni menos, y a ver, que Almería ocupa el lugar cuarto o o quinto en las exportaciones andaluzas... que Almería es la tercera en empresas líderes... que es la sexta en PIB... y podríamos seguir, porque siendo muy buenas nuestras cifras, no son las mejores de nuestra Comunidad aunque se cree la falsa idea de que somos el motor de la economía andaluza.
Sinceramente no veo razones por las que pensar que nuestros políticos almerienses fueran más reivindicativos en una comunidad uniprovincial que en el sistema actual. El propio entrevistado reconoce que “Almería siempre ha sido lo último de lo último”, pero autonomía solo tenemos hace 40 años, y precisamente el empuje económico de esta provincia se corresponde cronológicamente con este periodo.
Criticar el “sevillaneo” es llamativo, cuando sevillanas se bailan hasta en Pekín, y por el contrario pretendan imponer una supuesta vestimenta y bailes como “almerienses” cuando en el mejor de los casos lo han sido en algunas zonas de lo que hoy conocemos como Almería. Y es que carece de coherencia sostener que esos mismos bailes son tan propios de Pulpí como de Adra, de Gádor como de Fondón, de La Mojonera como de Chirivel, de la capital como de Terque... ¿y si Baza hubiera sido almeriense en vez de granadina? ¿y si Adra hubiese acabado siendo granadina en vez de almeriense?
De aurora boreal es que la queja contra los lunares blancos y rojos de abanicos y carteles ¡decir que es algo andaluz cuando blanca y roja es la bandera de la ciudad de Almería!
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