Coexphal denuncia el chabolismo que se vive en la provincia

Juan Torrijos
01:33 • 05 sept. 2019 / actualizado a las 07:00 • 05 sept. 2019

Sin ser la primera voz que se ha levantado en estos años sobre el chabolismo en nuestra provincia es de agradecer que lo haya hecho en estos días y con la contundencia realizada. Coexphal se queja ante las campañas de desprestigio que se realizan en otros países de la comunidad europea y que según ellos afectan de una manera directa a nuestras exportaciones agrícolas. Lo que no se entiende es que durante los últimos veinte o treinta años no hayamos oído a los políticos una denuncia tan contundente como la expresada por los empresarios agrícolas. Hemos vivido incendios en esos poblados de chabolas, hemos visto hombres quemados y en el hospital, las palabras en caliente de los políticos, así como la denuncia de que la culpa era de los enganches ilegales, pero al día siguiente las chabolas siguen ahí, los enganches ilegales se siguen produciendo y las paredes y techos de plástico y cartón siguen ocupando kilómetros de tierra almeriense. ¿De qué hablan los políticos en los plenos de sus municipios? ¿De qué van a hablar hoy en el de la capital? En unas horas nos enteraremos, pero estoy convencido de que el tema del chabolismo no se va a tratar. Del PP no se espera, ellos a sus casas en el casco histórico con piscina y ascensor, pero ¿y los otros? ¿Qué piensan los que se llaman de la izquierda? ¿Hablaran hoy de chabolismo? En los últimos años no ha sido tema a tratar, ni siquiera a denunciar desde los grupos. No nos quedemos solo en el ayuntamiento de la capital, ahí tienen responsabilidades los de Níjar, Roquetas, El Ejido y tampoco se les oye en sus plenos hablar del chabolismo presente en sus términos. Leemos a sus alcaldes y alcaldesas hablar del futuro de sus pueblos, de obras en carreteras, de residencias y hospitales. Está bien que se hable de esos y otros proyectos de cara al mañana, pero no les oímos ni les leemos sobre el problema de las chabolas, de cómo viven en tierras almerienses cientos de hombres y mujeres bajo cartones y plásticos. A los agricultores se les ha echado la culpa de la existencia de esos poblados y de aprovecharse de esa situación a la hora de contratar a trabajadores. Algo ha debido cambiar cuando son los cosecheros y exportadores almerienses los que sacan a colación un mal endémico que se viene viviendo en nuestra tierra desde hace años y años: el chabolismo.






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