Toparse con la verdad

En una época en la que se pretendía esconder la realidad en que se encontraban muchas zonas de España, como La Chanca, con la pretensión del dictador de aparentar gobernar competentemente, Goytisolo tuvo la valentía de describir la realidad del barrio capitalino: “… de igual modo que los anfitriones de Madrid o Barcelona enseñan sus habitaciones confortablemente burguesas, el almeriense no puede ofrecer otra cosa que su pobreza y degradación.” Hoy estamos faltos de intelectuales como él que sean la voz de la España real, con intereses colectivos y no personales, que se alejen de las dictaduras camufladas de los distintos grupos de poder.

Nos faltan más referentes sociales que enseñen al mundo, por ejemplo, en qué condiciones está el barrio de El Puche donde, además de no realizar políticas sociales potentes,  el Ayuntamiento ha dejado durante años que se acumulen basuras y escombros (32 toneladas, que se dice pronto) en el entorno de la escuela infantil y el colegio del barrio, con el consecuente riesgo para la salud pública, en especial de los más vulnerables, los menores. Al Gobierno Popular de Almería le falta iniciativa propia, sólo actúa ante presión de la oposición (como ha ocurrido en este caso), ante comicios electorales o si sucede alguna desgracia -por cierto, no sé si es esto a lo que esperan para ocuparse de la limpieza y buen estado del alcantarillado, no olvidemos que estamos en época propicia para las aguas torrenciales y, por ejemplo, en El Zapillo no se ha revisado este año y da miedo verlo, por no hablar del olor que desprende-. 

Cuando el alcalde dice que está “enamorado de Almería” me cuesta creer que esté pensando en esa Almería, y es que, por más que él mire para otro lado y esconda con artes políticas aquello de lo que nadie con estómago puede estar enamorado, la realidad es que, como dijo Séneca, “El tiempo descubre la verdad”, y la verdad de la ciudad nos la topamos a diario, como se la topó Goytisolo.