Hasta la Alcazaba une su voz a la de los regantes y clama por el agua

La mayoría de las críticas que desde el PSOE le llegan al nuevo poder en la Junta no se tienen en pie ante cualquier análisis serio, pero lo del PP con el agua de la Alcazaba tampoco. La vergüenza no la conocen los políticos, de ahí que mientan tan descaradamente y no se les caiga la cara. Ni una arruga, oiga, ni una. A la actual Junta del PP no se le puede echar la culpa de la situación de la Alcazaba, sus muros y sus recintos, eso es muy cierto, pero decir como se ha dicho y se ha leído por parte del departamento de cultura, hoy en mano de la ex-edil de Roquetas, Eloísa Cabrera, que el problema del agua sufrido por la Alcazaba durante los últimos ocho días es culpa de la herencia socialista, de los años de abandono que lleva el monumento por parte del Psoe es de aurora y boreal. Pobres míos. Les creía más inteligentes a los señores-señoras del Pp, ya veo que no. Al PSOE se le puede criticar y atacar por los años que ha estado en el poder, pero querer que paguen la factura del agua de la semana pasada es la clara demostración de que al poder puede llegar cualquier amigo, de otro amigo, que un amigo enchufó en su momento. Estamos ante la política de los enchufados de los amigos y así le va al personal y a lo que de ellos políticamente depende. El problema de agua sufrido por la Alcazaba no debería dar ni para un comentario en prensa, es la excusa del PP y de Eloísa Cabrera la que lo pone ante los titulares de la prensa y en las columnas de los artículos. Me cuesta trabajo creer que la excusa salga de la propia Eloísa, en su tiempo de “alcaldesa” de Roquetas no dio oportunidad para escribir sobre ella y sus opiniones, o se las guardó o supo capear con estilo el temporal. ¿Algún gabinete de prensa metiendo la patita? Claro que en la Junta está siendo distinto, una de las cosas que no ha ocultado, tampoco ha podido, era buscarle trabajo a su viejo amigo y compañero de corporación en Roquetas, Luis Miguel Carmona, como gerente de transporte. Lo que decíamos de los amigos. En eso no fallan nunca los políticos. La sorpresa sobre la sedienta Alcazaba nos la ofrece el que los Amigos del monumento se enteran antes que la señora delegada de que no se están regando los jardines. Parece extraño, no creen. ¿Le están haciendo la pirula a la delegada desde de dentro del monumento?