Menos mal que les han parado

Cuando antes, cada vez que alguien decía o escribía que lo que la Junta del PSOE de Andalucía estaba haciendo con Almería era de juzgado de guardia, le caía encima una DANA de popó ético que lo ponía hasta las cejas. Si tú decías que el trato de los gobiernos de Sevilla con Almería era excluyente, indiferente y altivo, los delegados y concejales del PSOE más cercanos abrían fuego rápidamente con la munición trazadora de la confrontación. Por ejemplo, si decías que lo de la autovía del Almanzora (prometida en 1985 y aún por concluir) era de una desvergüenza descomunal por parte del PSOE, rápidamente salía alguien a decirte que ya estaba bien de confrontar con el gobierno que había traído el progreso, la justicia y el pan a Andalucía. Es más; cada vez que te cachondeabas de que fueran haciendo actos e inauguraciones cuando terminaban un kilometrillo nuevo, había quien te daba un toque diciendo que el pesado era uno por escribir del tema tantas veces. Pues bien, ahora hay otro gobierno en la Junta que parece que se ha tomado en serio lo de terminar de una puñetera vez una carretera anunciada hace treinta y cuatro años, y cuya parte construida sirvió -por ejemplo- para que la ex presidenta socialista, Susana Díaz, pudiera llegar a Macael a recoger el premio que los empresarios del mármol le dieron “por su contribución al desarrollo de toda la comarca” (sic). Pleitesías al margen, los parlamentarios andaluces del PP de Almería, Ramón Herrera y Rosalía Espinosa, acaban de mostrar los documentos que prueban la pésima gestión de los socialistas en la construcción de dicha carretera que, según han dicho, se caracterizó “por un incumplimiento sistemático en el tiempo de la planificación y compromisos adquiridos”, lo que se traduce en que los andaluces hemos tenido que gastar más de 17,5 millones de euros para desatascar un contrato del que no se ejecutó absolutamente nada. “Andalucía imparable”, decían ellas y ellos. Pues menos mal que les han parado.