Peligro; no lean

Peligro; no lean

Jose Fernández
20:33 • 18 oct. 2011
Leer es peligroso. Es más: puede acabar resultando un vicio mortífero si quieres experimentar, descubrir o seguir las aventuras de tus relatos favoritos. Eso es lo que al parecer le ha pasado a un ejecutivo alemán de 40 años, Stefan Ramin, que ha desaparecido en una remota isla de la Polinesia a la que se había desplazado para conocer el escenario que inspiró a Herman Melville -el autor de Moby Dick- un relato titulado "Typee, un edén caníbal". Digo que ha desaparecido y en realidad no es del todo cierto, puesto que las autoridades locales y su atribulada novia sospechan que el amasijo de huesos roídos y dientes que ha sido encontrado en un remoto rincón selvático del interior de la isla caminaba no hace demasiado por las calles de Hamburgo. Las autoridades están efectuando las correspondientes pruebas, pero el tema no ofrece demasiadas dudas. Vamos, que se han comido al payo. Y es que hasta cierto punto es normal. No es lo mismo querer conocer las costumbres de las personas que inspiraron el relato de "El pequeño ruiseñor" que vivir de cerca las tradiciones de las tribus caníbales. Más que nada porque, por mucha pinta de ejecutivo hamburgués que tengas, los caníbales van a acabar viéndote siempre como una hamburguesa. No es lo mismo querer conocer de cerca los rituales caníbales que leíste en una lejana novela de infancia, con el riesgo de que la cosa te pille con la tribu hambrienta, que querer conocer las delicias turcas que inspiraron los relatos clásicos del harén. Pero por lo menos el pobre Stefan se lleva una columna póstuma en este modesto rincón periodístico. Lo tomaremos como si fuera un digestivo.






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