¿Y si esto le hubiese pasado al PP?

Antonio Felipe Rubio
07:00 • 11 oct. 2019

Actualmente en periodismo existe una costumbre que, supongo, se fundamenta en la rivalidad entre las importantes cabeceras que eluden primicias publicadas por la competencia. Al contrario, una información “viral” de una dieta milagrosa consistente en una higa pinchada en un palo que produce efectos milagrosos relatados por la petarda de turno, acaba convirtiéndose en noticia replicada por distintos medios de comunicación como si del descubrimiento de vida extraterrestre se tratase. 


El diario ABC acaba de publicar la “prueba documental” por la que queda demostrado lo que urbi et orbi ya conocen los interesados, padecen los perjudicados e intuimos el resto de los mortales: el PSOE compraba votos con prebendas facilitadas desde los recursos públicos. Hasta aquí no hay revelación plausible, salvo por el aporte de documentos manuscritos en los que el equipo de gobierno socialista de Huévar del Aljarafe (Sevilla) llevaba p’lante nombres, apodos, parentescos, situación económica, confesión religiosa, inclinación ideológica… todos los datos necesarios para conocer la proclividad hacia una sinecura, prebenda, trabajillo, cargo, paguica, etc. que suponga granjearse el apoyo electoral. Esta mecánica, llamada en otros tiempos voto cautivo (por qué será), es una práctica de la que pueden -si quisieran- dar fe legiones de favorecidos que se concentran en geografías que no han conocido otra cosa que resultados arrolladores para el PSOE, independientemente de la sempiterna condena a la pobreza e involución a la que estas prácticas condujeron.


Poco tiempo va a transcurrir para que algunos medios de comunicación tengan que verse obligados a reproducir esta noticia de ABC, ya que los líderes de las distintas formaciones políticas están asiéndose a la citada publicación como suculento argumento de campaña contra un partido campeón de la corrupción en Andalucía. 



Ya sean familias menesterosas o empresarios favorecidos por una contrata, la práctica es conocida por referencias y evidentes cambios de actitud que, de la noche a la mañana, hacen de los poco concernidos a activos prosélitos de unas determinadas siglas. Ninguno te va a decir que es bueno votar al partido o a fulano de tal por haber sido beneficiario de estas distinciones sectarias; sin embargo, esos beneficios implican una imbricación con la causa, ya que siempre se mantendrá el estatus mientras se mantenga quien reparte.


Insisto que, por desgracia, esta nefanda práctica no es noticia por ser tan extendida, conocida o por lo menos intuida. Como se decía en conspicuos entornos reducidos, lo importante no es que la niña tenga vida disoluta, sino que se sepa. Y aquí también sucede que lo importante no es que se comprasen votos con recursos públicos, sino que se demuestre documentalmente.



Como en toda chapuza carpetovetónica, siempre aparece el hilarante dato. Según la información de ABC, la alcaldesa socialista que iba a ser removida del cargo -tras 38 años de mandato del PSOE- se apresuró a comprar una máquina trituradora de documentos que, por cierto, apreció junto a unas cajas que contenían infinidad de papeles manuscritos con los datos del particular “censo”. Una determinada cantidad de papeles fue destruida, hasta que se “quemó” la máquina. El descubrimiento de los documentos se sebe al agotamiento por trabajo intensivo de la trituradora, pero fundamentalmente por el cambio de cerraduras que ordenó el gobierno municipal entrante, quedando al descubierto el trabajo sin hacer de la corporación saliente.


Ahora, si me permiten, hagamos hueco para el siempre ingrato juego de la ucronía: ¿qué habría pasado si esto le pasa al Partido Popular? ¡Hondonadas de hostias!



Imaginen este chapapote en versión PP: ¡todos los medios a saco con la merdé! Unidades móviles vía satélite; entrevistas sumarísimas, proyecciones de los papeles en Puerta del Sol; gigantografías en Génova, 13… y el Ferreras, la Barceló, la Otero, el Follonero y el sursuncorda en los diferentes set, escenarios y platós en directo desde el “Epicentro de la perversión democrática sin precedentes”. Pero no. No hay despliegue, ni convocatoria de macromanifestación, ni sindicatos, asociaciones varias o colectivos estipendiados que echarse a la boca o a los titulares de prensa. Esto funciona así: el PP mea en lana con estruendo en el entorno; el PSOE mea en lata y nadie percibe que se escancian mieles y esencias.



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