Poner las imágenes y la guerra

William  Randolph Hearst, el magnate de la prensa norteamericana que inspiró al Charles Foster Kane inmortalizado por Orson Welles en su película “Ciudadano Kane”, envió a Cuba en enero de 1897 a Frederic Remington, uno de los pintores de la epopeya del Oeste que anticipó lo que luego filmaría John Ford, con la misión de enviar dibujos sobre las supuestas atrocidades que allí cometíamos los españoles cuando la isla era tan española como Almería. Como Remington no encontraba nada que pudiera servir a los propósitos del magnate, le comunicó su intención de regresar a los Estados Unidos, a lo que Hearst respondió con un telegrama que ha pasado a la historia del periodismo y que, por cierto, aparece reflejado en la famosa película: “Quédese en la Habana. Usted ponga los dibujos. Yo pondré la guerra”. La historia nos recuerda que poco después un buque americano -el Maine- explotó en el puerto de la Habana en un accidente convertido por la prensa americana en atentado, -un fake news de esos que tanto alteran al actual presidente Trump- lo que justificó la intervención militar USA que terminó con cuatro siglos de presencia española en la isla, sumiendo a nuestro país en una crisis que es la raíz de buena parte de nuestros problemas actuales. Cuento esto para situar el alcance que a veces puede tener una mentira interesada. Fijémonos en el concepto “Cambiar toldos por árboles”, que tanto predicamento tiene entre los habituales del pancartismo local. Pues bien, quizás sea un esfuerzo inútil destinado a la melancolía, pero creo que hay que decir que jamás ningún concejal dijo eso. Fue una acuñación periodística -como también lo fue el “Remember the Maine”- que quería servir de mecha del reactivado conflicto. El día que en Almería superemos la creencia de que la única vía del progreso es la dialéctica del conflicto, habremos dado un verdadero paso de futuro. Pero mientras tanto, sigamos disfrutando del apasionante tema de los ficus y el Pingurucho. En fin.