IKEA och den äag av Manolo

Desde tiempos lejanísimos, una de las claves del parlamentarismo consiste en que desde la oposición se piden al gobierno cosas que no puede conceder, para proyectar así sobre quienes gobiernen una imagen negativa. Esta estrategia es muy práctica para los buscadores de titulares, aunque quien la use debe recordar no excederse en las exigencias, porque algún día puede verse en el gobierno y entonces tendrá que comerse sus palabras, la dieta habitual del político según Churchill. Naturalmente, hay quien se pasa todas esas precauciones por salva sea la parte y defiende sin reparo una cosa y su contraria sin asomo de arrebol en las mejillas. Sin ir más lejos, en el Grupo Municipal del PSOE han pasado de poner en valor las bondades y beneficios del comercio de barrio frente al de las grandes superficies - recuerden esa sensacional campaña denominada “Los Huevos de Manolo”- a exigir al alcalde que haga algo para la llegada del gigante sueco IKEA.

Las grandes superficies eran malísimas hace unos meses y ahora nos volvemos locos por ellas. Ya ven que mantener la coherencia es a veces más difícil que entender las instrucciones de montaje de una estantería impronunciable. Y es que estamos ante otro ejemplo más de esa labor de oposición basada en salir a criticar todo lo que se mueva.  De hecho, mandaron a un propio al solar previsto para denunciar allí ante la prensa su decepción por la pérdida de puestos de trabajo que iba a suponer la no llegada de este centro, que es lo mismo que dijeron iba a suponer para el comercio almeriense la llegada de este centro. Vivir para ver. Si se abre porque se abre, y si no se abre porque no se abre. En todo caso, les brindo un argumento más molón: cada estantería Fjällbo y cada aparador Viitsjö suponen la muerte de un árbol. ¡Un ayuntamiento arboricida en manos de una multinacional taladora!¡¡Intolerable!! Concentración contra IKEA en la Plaza Vieja convocada por Los Huevos de Manolo, pero ahora en sueco: den äag av Manolo.