Siempre quiso ser mujer. Es y quiere ser mujer cuando el sueño de la igualdad entre los géneros masculino y femenino deje de ser sueño y sea realidad, a cuya consecución se dedica en cuerpo y alma desde hace más de tres décadas, no sólo desde el estrado de las salas judiciales, sino con la empatía, la cercanía, la solidaridad y el humanismo que en dosis incalculables empeña en todas y cada una de las víctimas de los procesos de violencia de género. Vive y convive a diario con las historias de violencia a la mujer, una de las auténticas tragedias de nuestra sociedad, contra la que lucha con la mejor arma que conoce: la Justicia, que en su opinión debe aportar un abrazo a las víctimas, porque eso es la rúbrica de que se ha hecho Justicia. Reivindica la igualdad como la conducta que ha de guiar nuestra existencia en todos sus ámbitos para que no haya necesidad de dedicar un día a la lucha contra la violencia a la mujer. Los nombres, las vidas y el dolor de todas las víctimas, mujeres y menores, riegan su corazón de gigante porque ella, como los familiares, no olvida y mantiene viva su memoria, a la par que ayuda a impartir Justicia, un ejercicio profesional ejecutado con equidad y equilibrio, pero con el máximo rigor y determinación de la ley. Tal vez por ello estima que la Justicia debe ser ciega, pero tiene que abrir los ojos de la empatía y de la cercanía, actitudes inseparables de su quehacer “porque los sentimientos sirven para reconducir a la Justicia en actuaciones de violencia de género”.
De mayor quiere ser mujer. Es Flor de Torres Porras, Fiscal Delegada de Andalucía, Ceuta y Melilla de Violencia a la mujer, una almeriense-malagueña con vocación universal, quien la pasada semana recibió de manos de la Fiscal General del Estado uno de los cuatro galardones anuales concedidos por el Observatorio de la Violencia Doméstica y de Género, en concreto la mención “Fiscal Soledad Cazorla Prieto”, que compartió con el magistrado del Tribunal Supremo Javier Sánchez Melgar, en un acto en el que también fueron distinguidas la reina Letizia y la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida. Este relevante reconocimiento, que se suma a otras numerosas distinciones, a la excelencia y el compromiso de la Fiscal De Torres se le concede en un contexto sociopolítico convulso respecto a los derechos de la mujer, con una cruda realidad que contabiliza más de un millar de mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas, con el vergonzoso número de treinta y cuatro menores víctimas de la violencia a la mujer, desde el año 2013, y con nuevos salvadores de la patria que pretenden poner piedras en el camino de la reivindicación de la igualdad. Al respecto, Flor de Torres, inteligente , íntegra, rigurosa y valiente, no ha dudado en reclamar desde el Ministerio Fiscal una ley integral contra la trata con fines de explotación sexual, la derogación del artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal –dispensa declarar contra parientes en casos de violencia de género-, el cumplimiento legislativo del Pacto de Estado – que todas las violencias que sufren las mujeres por su condición queden legisladas con una auténtica perspectiva de género-, y la instrucción para la Fiscalía de todos y cada uno de los procesos de violencia a la mujer.
En mi particular archivo sonoro guardo un registro entrañable:” Tengo un respeto profundo hacia la Justicia..todos debemos ser iguales a través de una auténtica Justicia social”. Una cita irrefutable del añorado abogado y senador almeriense, José Manuel de Torres Rollón, que rigió su brillante trayectoria profesional y que, desde temprana edad, bien aprendió su hija, la ilustre Fiscal andaluza que, una vez más, ha dedicado este premio a su progenitor, y a quien siempre le ha atraído la parte social del Derecho. No es extraño, por lo tanto, que las redes sean, estos días, tan expresivas con nuestra Fiscal: “Muchas gracias, Flor, por la humanidad y generosidad que desprendes… Has sido y serás un ejemplo…Nada es suficiente para poner en valor tu trabajo imprescindible, la esperanza que llevas a las mujeres más vulnerables…”. Es una pequeña muestra de que Flor de Torres sigue al pie de la letra a su admirada Clara Campoamor: “He luchado contra todas las injusticias porque no quiero que con mi silencio ninguna quede absuelta”, y porque su nombre es el de la igualdad.
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José Luis Masegosa