Desolación

Julia Navarro
23:47 • 07 ene. 2020 / actualizado a las 07:00 • 08 ene. 2020

“Me importa un comino la gobernabilidad de España”, ha dejado dicho en la tribuna del Congreso la diputada de Ezquerra Monserrat Bassa. Y esto no es lo peor de lo que hemos escuchado y visto en los últimos días desde que se inició la sesión de investidura de Pedro Sánchez hasta el martes 8 en que se ha llevado a cabo la votación definitiva.


En algunos momentos he llegado a pensar que estaba dentro de una pesadilla en la que los dirigentes políticos de hoy nos habían metido en la maquina del tiempo para llevarnos al pasado.


Porque desgraciadamente, e insisto en lo de desgraciadamente, los discursos y declaraciones que hemos venido escuchando tanto de los dirigentes de derechas, como de los de izquierda, y por supuesto de los representantes de grupos nacionalistas e independentistas, han sido discursos rancios, discursos que hubieran tenido sentido en la España predemocrática, o en los albores de la Transición, pero que no se corresponden con la realidad de la España de hoy, de la sociedad del año 2020.



Pretender como pretenden los líderes políticos que mandan hoy y ahora que no llevamos cuarenta años viviendo en un Estado democrático con todas las libertades y derechos garantizados, es una burda maniobra con la que demuestran un enorme desprecio hacia la inteligencia de los ciudadanos.


No sé si es que añoran ese pasado nefasto o es que son realmente unos desaprensivos que están construyendo un relato mentiroso para justificar unos objetivos políticos.



Escuchar a los representantes de la izquierda defender valores “identitarios”, es para echarse a llorar. Pero escuchar los discursos histriónicos de los representantes de la derecha supone continuar el llanto. Pero ¿en qué sociedad viven los unos y los otros? Es como si vivieran en Marte y desconocieran la realidad de la sociedad española.


Lo más grave es que los dirigentes de izquierda y los de la derecha en el reguero que han dejado con sus discursos en el Parlamento han vuelto a dividir España en dos. Lo que se había cosido durante la Transición, ese pasado afortunadamente superado resulta que para ellos no ha sido superado y hay que volver a la casilla de salida. Los representantes de Podemos vienen cuestionando la Transición a la que califican con desprecio como “régimen del 78” y por tanto hace de ella una enmienda a la totalidad. Es evidente que Podemos no es heredero de aquel PCE que hizo posible la Transición. 




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