Por la gracia de Dios

Gely Martínez
11:00 • 16 ene. 2020

La libertad de las mujeres liderada por la iglesia católica. Se impone el pudor como estrategia de salud sexual y se cumplen los peores presentimientos, la ultraderecha exige recuperar su partriarcado dañado por la lucha feminista. Nos quieren madres y se criminaliza a las mujeres que no quieren serlo. Cuidar, criar, amar sin condiciones debe ser nuestra principal tarea por encima de cualquier otra ocupación que podamos ejercer. Trinidad Lechuga nos regresará al buen camino del señor y los señores, este cuerpo ya no será mío si Dios decide que debo hacer con él. No lo dono, mi libertad no la entrego, me lo quitan. Me arrebatan la voluntad de decidir. Hurtan mi independencia, nos roban los derechos conseguidos por todas nosotras, las brujas de antes, las locas de ahora y las empoderadas de mañana. Han abierto la jaulas para que regresemos a ellas, hemos volado sin alas, sin hombres, hemos llegado alto y debemos poner los pies sobre la tierra. Lo natural no hace acuerdos con la libertad sexual, la única virtud es procrear, el placer es pecado. Es paradójico se designe a una persona antiabortista, ultramoralista y homófoba como coordinadora de salud sexual y reproductiva de Andalucía, una sociedad cada vez más diversa, más plural y más feminista. El ejecutivo de Moreno Bonilla se deja influir por asociaciones ultraconservadoras de la Iglesia Católica imponiendo su doctrina de fe y su moral rancia. La irresponsabilidad de este gobierno nos deja a las mujeres en una situación trágica de retroceso, de vuelta a debates sobre temas ya superados. Se ha trabajado duro por la igualdad, la participación o la lucha contra la violencia de género, se ha avanzado en la autonomía de la mujer y ahora nos imponen el control del Obispado. Es necesario, ahora más que nunca, reivindicar nuestro estado laico, impedir que se utilice la política para el adoctrinamiento religioso y la imposición de la moral sexual de la iglesia.






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