Es tal el empacho del personal que si que en los telediarios o en las radios se anuncian noticias del culebrón político catalán son muchos los ciudadanos que cambian de canal. Es comprensible. Y ,sin embargo, es mucho lo que está en juego en la partida. Para empezar, el futuro de España tal y como la conocemos. Aunque los independentistas con sus solas fuerzas nunca podrían conseguir su objetivo, como estamos viendo, tienen en sus manos la llave de la gobernación de nuestro país. Así de paradójica es la cuestión. Ellos lo saben y tiran y tiran de la cuerda esperando avanzar y aproximarse a su meta.
Aunque los separatistas se llevan a matar entre ellos como se vio en el Parlament cuando los diputados y consejeros de ERC le dieron la espalda al inhabilitado Torra, cuando les conviene vuelven a ser una piña y aprueban los presupuestos autonómicos. La ambigüedad del PSC favorece ese juego. En Cataluña el PSOE solo cuenta cuando hay elecciones, después desaparece sumergido en el juego de unos dirigentes que comparten buena parte de los mantras del nacionalismo.
Así las cosas, ante el anunciado encuentro de Sánchez con Torra el próximo día 6 de febrero cabe preguntarse por qué el presidente del Gobierno concede espacio institucional a quien ha sido inhabilitado por la Junta Electoral Central. Torra ha perdido su condición de diputado y es la figura más desacreditada del retablo político catalán, ¿qué intereses protege Sánchez al reunirse con él? ¿Se trata de pagar la deuda contraída con ERC por el apoyo de éste partido separatista en la investidura? Desde luego que sí, pero la cosa va más allá. Sánchez necesita que, además, le aprueban los Presupuestos y con la reunión lanza el mensaje de que hará lo que sea y le convenga a sabiendas de que si consigue la aprobación de las cuentas tendrá asegurados los próximo cuatro años aunque sea recurriendo a las prórrogas .
La clave catalana está en el corazón de la estrategia diseñada por Iván Redondo para asegurar la permanencia de su cliente en La Moncloa. La modificación exprés del Código Penal para rebajar la sanción con cárcel al delito de sedición una iniciativa sin precedentes encaminada a acortar la estancia en prisión de los condenados por el 'procés' es otra de las concesiones para amarrar el apoyo de ERC a los Presupuestos. Si lo consiguen, la oposición tendrá que afinar el ingenio si en los próximo meses quieren algo más que los minutos basura de los telediarios.
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