¿Ha dicho Ábalos algo de la Estación?

El edificio de la vieja Estación de ferrocarril, escenario propicio a la memoria emocional de incontables encuentros y despedidas, es probablemente el más bello de toda nuestra provincia. Y es mucho lo que le debemos los almerienses a este viejo lugar de convergencia de tantas emociones que, por desgracia no somos capaces de devolverle. Se hace difícil admitir que un símbolo del progreso y la modernidad que fue capaz de romper nuestro secular aislamiento haya estado cerrado y abandonado durante años, mientras los pasos perdidos de los pasajeros de varias generaciones se iban cubriendo lentamente del equipaje infame de los pájaros del tiempo. 

Cerrada y olvidada, vimos languidecer las históricas paredes que acogieron tediosas horas de espera y fugaces besos de despedida. Y así fue todo hasta que tras mucho batallar en los despachos, el ayuntamiento consiguió que el gobierno se comprometiera a gastar el dinero que valía recuperar lo que era legalmente suyo pero emocionalmente nuestro. Un gobierno del PP comenzó las obras de rehabilitación y prometió al ayuntamiento que la estación sería de los almerienses y para los almerienses. Pero cambió el gobierno, dijeron que nos estábamos sacando la carbonilla de la indignidad del ojo y -curiosamente- las obras se paralizaron. ¿Cómo es posible? Teníamos un gobierno ecotransversal y progresista que venía a ocuparse de la gente y lo primero que hizo fue parar esas obras en Almería. Pasaros los meses y -vaya, otra sorpresa- desde el gobierno dijeron que el proyecto estaba mal hecho y que se ponían a revisarlo. Y hasta ahora. Y del futuro uso de la estación, callados como vagones. 

Sigue pasando el tiempo y como no dicen nada, el alcalde ha tenido que mandar una carta preguntando por la estación al ministro del ramo, que es José Luis Ábalos, el que no quería hablar del AVE con él porque era del PP. Y me temo que seguimos sin respuestas. Quizás sea porque más que por estaciones, habría que preguntarle por aeropuertos.