Grandes espectáculos imaginarios

Conocí personalmente al director inglés David Lean en 1988, cuando volvió a Almería -en 1962 había rodado aquí “Lawrence de Arabia”- a localizar exteriores para la adaptación de la novela “Nostromo” de Joseph Conrad que estaba preparando. Lamentablemente, su inesperada muerte frustró mis esperanzas de ver llevada al cine esa compleja obra. Y esa sensación de melancolía inconsolable que te provoca saber que nunca podrás ver aquello que, con seguridad, iba a provocar tu fascinación, es la que tengo ahora al ver que no hay ningún político del PP al frente de la gestión de la catástrofe medioambiental del vertedero de Zaldívar. Reconozcan que no es lo mismo tener víctimas mortales y alertas sanitarias con el PNV que con el PP. Y así, del mismo modo que tengo que conformarme con imaginar de qué modo habría contado Lean la historia de ese turbio gobernante centroamericano, tengo que limitarme a suponer el aquelarre ecoprogresista que se habría formado frente las sedes del PP vasco y los numerosos programas especiales que abordarían este asunto intentando reflotar la memoria espesa del chapapote. Y puestos a fantasear, imagínense este espectáculo: el alcalde de Almería (PP) negándose a responder a la prensa y diciéndoles qué es lo que le tienen y no tienen que preguntar. ¿No se relamen ante la furibunda reacción de la Asociación de la Prensa y de los periodistas ninguneados? Me temo que eso no ha pasado, aunque si tienen problemas para imaginárselo no tienen más que pedir a la SER el audio del momento en que el subdelegado de Gobierno en Almería, Manuel de la Fuente (PSOE) le pone las peras al cuarto a los periodistas que le acompañaban en las obras de desescombro del Cañarete. Yo entiendo que el marrón que le ha caído encima al subdelegado es de los gordos y que acierta cuando dice que lo primero es la seguridad. Lo que se entiende ya menos es el silencio de quienes, de haber sido otro el protagonista, estarían ahora rugiendo como el león de la Metro.