Hace una semana en estas mismas líneas preguntaba al ministro Ábalos que qué había de lo nuestro, es decir, de todos los temas que su Ministerio tiene pendientes con Almería y cuando la respuesta es el silencio, mala cosa.
El pasado jueves se reunía el alcalde con la Mesa del Ferrocarril y ambos coincidían en reclamar al titular de Transporte respuestas, plazos, hoja de ruta, compromisos... a las reclamaciones que en materia de infraestructura ferroviaria tiene la capital. Porque hemos pasado de un ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que cada cuatro meses visitaba nuestra ciudad para informar directamente a los almerienses de los avances que se iban produciendo al desprecio más absoluto que a unos hace perder la decencia y a otros la paciencia.
Si no tenemos obras, al menos que tengamos información, porque nos la deben, sobre los proyectos de presente y futuro, como la eliminación del paso a nivel de El Puche, que sigue acumulando retrasos y se alargan, según parece, hasta final de año; la continuación de este proyecto con la segunda fase de las obras de integración ferroviaria, la llegada de la Alta Velocidad o la rehabilitación de la Estación de Ferrocarril y su cesión a la ciudad para su puesta en uso.
Es significativo el hecho de que hasta la propia Mesa se sienta ninguneada por un ministro, Ábalos, y un Gobierno, el del señor Sánchez, más ocupados y preocupados de sus problemas con Venezuela y sus compromisos con nacionalistas y separatistas, que en las verdaderas necesidades no ya de los almerienses, sino de los españoles. Y todo con el silencio cómplice de los socialistas, a los que parece que se les ha tragado la tierra. “Nos dan largas”, decía el alcalde, a lo que alguien respondió: “está tan perdido el ministro que quizá haya que ir a Barajas para encontrarlo”. Pues eso.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/187333/cuando-la-paciencia-se-acaba