Poner a coser a las mujeres

En estos tiempos en los que la prisa y la urgencia comprimen el espacio de la memoria reciente hasta expulsarla de nuestras vidas, resulta arriesgado solicitar el recuerdo de algo sucedido hace tres años. Pero como soy un imprudente, me atrevo a pedirles que recuerden la pajarraca que se montó en Almería en 2017 cuando la oposición municipal (PSOE+IU) denunció que el Ayuntamiento había regalado un bote de desengrasante a las participantes en la Carrera de la Mujer organizada por el Ayuntamiento.

Que si machismo intolerable, que si vergüenza, que si escándalo, que si etcétera. De nada sirvió recordar que la carrera la patrocinaban varias firmas comerciales de diversos ramos que ofrecían como regalo promocional sus productos al término de la prueba. De nada sirvió decir que en la línea de meta no hubo un solo caso de rechazo por parte de los corredores y corredoras que disfrutaron de los obsequios, entre los que, además del desengrasante, había tomates y complementos deportivos. De nada sirvió señalar que ese mismo patrocinador había hecho ese mismo regalo en otra carrera similar organizada por el ayuntamiento socialista de Sevilla. No había nada que hacer. Las valkirias del feminismo oficial estaban desbocadas y hasta llegaron a protestar porque en la megafonía sonase reguetón, que tiene letras machistas. A galope tendido, llevaron incluso el tema a Pleno y el Consejo de la Mujer llegó a determinar que el arribafirmante “no tenía derecho” (sic) a expresar en la prensa sus opiniones contrarias a la protesta. Eso, ya digo, sucedió hace tres años.

Pues bien, hace unos días, Izquierda Unida en Leganés ha invitado a las mujeres de esa localidad a “un taller de costura” para celebrar el 8M. Y no pasa nada. Ni se fomenta el sexismo, ni se perpetúan estereotipos. Ni llamadas a la televisión, ni protestas, ni mociones. Lo ha hecho la izquierda y, por tanto, está bien hecho. Y lo llaman Igualdad.