Gobierno y patriotismo prudente

Yo sé que lo prudente y hasta lo patriótico es no hacer leña ahora del desventurado Gobierno de Pedro Sánchez. Cuando lo que está en juego es la vida de las personas, lo razonable es aplazar la ira y sostener en el tiempo un silencio curativo o que, al menos, ayude a paliar el dolor que muchas familias están atravesando. 

Ahora bien, por esa misma responsabilidad bajo la que se nos conmina a no ser acerados o desmedidos en la crítica, hay hechos que al margen de la crisis sanitaria merecen una llamada de atención. Por ejemplo, que el pandémico gobierno del Dr. Fraude siga manteniendo sus planes de indultar a los encarcelados por el intento de golpe de Estado en Cataluña es algo, a mi juicio, tremendamente grave. Y que la tramitación de estas claudicaciones legales se active ahora, con muchísima discreción y en mitad de una descomunal crisis para la que el Gobierno reclama trato de favor en la prensa, refleja la ralea de este grupo de políticos sostenidos en el poder por lo peor que ha ofrecido la historia democrática de España. ¿Merece la colaboración de la oposición y la prensa no estipendiada quien tan arteramente se comporta? Recuerden que estamos hablando de personas condenadas por intentar romper la unidad de España, lo que no es ni un arrebato, ni un exceso verbal, sino un delito claramente tipificado. 

Sumen a semejante felonía el bochorno de ver que nuestro Gobierno está mintiendo con descaro a la OTAN, diciendo que la crisis sanitaria por la que se ve obligado a pedir material médico comenzó justo después de las irresponsables manifestaciones del 8M, y no antes, desmintiendo así lo dicho hace días por el ministro Duque. Y añadan, como cierre, que tenemos un gobierno capaz de decir el mismo día dos cosas diametralmente opuestas sobre el fin del curso escolar. ¿Merece esta calamidad colegiada los beneficios del patriotismo prudente? Empiezo a tener dudas.