La derecha en España decidió hace semanas que, en lugar de combatir al virus, combatiría al Gobierno de España. Pleno tras pleno, hemos visto esa embarrada estrategia en la bancada del Partido Popular y en la de Vox, donde sus líderes se han afanado en desprestigiar los grandísimos esfuerzos que se han realizado durante el estado de alarma y los resultados positivos que ha arrojado el confinamiento para frenar la pandemia.
Escuchando a Pablo Casado y a Santiago Abascal da la impresión de que lo que está ocurriendo en España no fuese producto de lo mismo que podemos observar en el resto del mundo: una crisis sanitaria y económica sin precedentes como consecuencia de un coronavirus extremadamente contagioso y potencialmente peligroso para una buena parte de los que enferman.
El estado de alarma, con las medidas de confinamiento que ha llevado aparejadas, ha evitado la pérdida de 300.000 vidas en nuestro país, de acuerdo con el estudio de seroprevalencia realizado por el Instituto de Salud Carlos III en colaboración con las Comunidades Autónomas. A pesar de la contundencia de los datos, la derecha anda sumida en una disparatada carrera para pedir que cuanto antes se levante el estado de alarma. Por eso, resulta más que asombroso que Casado actúe con esta irresponsabilidad, impropia de un partido que ha gobernado muchos años España.
Es evidente que Pablo Casado está utilizando el Congreso de los Diputados para convertir esta pandemia en un elemento de confrontación política con el único objetivo de sacar, a futuro, un supuesto lucro electoral de esa permanente crispación. En lugar de pensar en España, el líder del PP sólo piensa en cómo obtener rentabilidad del sufrimiento y del esfuerzo que han realizado todos los españoles y las españolas. Y si para ello cree que tiene que utilizar falsos argumentos, los utiliza.
Decir que se está coartando la libertad de expresión, que se está condicionando a los medios de comunicación o se están tomando medidas para limitar los contenidos en las redes sociales, es un insulto a la inteligencia. Solo hay que darse una vuelta por cualquiera de esos espacios o lugares y comprobar lo que ocurre o lo que se dice.
La realidad es que el Gobierno de Pedro Sánchez solo está centrado en dar una respuesta económica y social a esta crisis con la clara convicción de que la prioridad son las personas. Ese es el verdadero patriotismo en el que se debería mirar la derecha, a la que ya se le empieza a hacer tarde para decidir si va a seguir sirviéndose de la bandera española o sirviendo a la bandera española. Seguimos.
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