Ya saben ese viejo chiste de dos vascos que buscaban setas en el bosque y de pronto, uno de ellos se encuentra un rolex y el otro le dice que lo deje "¿A qué estamos, Patxi, a setas o a rolex? Este Gobierno que un día se alía con Bildu a cambio de una contrarreforma laboral que dinamitará la creación de empleo, otro día con el PNV al que transfiere la gestión de recursos públicos estatales y otro más con ERC, al que cede la gestión de fondos europeos, no sabe a lo que está. O sí. A permanecer en el poder como sea. Y si tiene que utilizar al panzer Iglesias, y apoyarle, en su intento de dinamitar el sistema constitucional, lo hace. ¿Comparten los ministros y ministras la actuación errática de Sánchez y, muy especialmente, la inadmisible soberbia, la arrogancia y los insultos de su vicepresidente Iglesias?
Ni a setas ni a rolex. A lo que debería estar este Gobierno, que está demostrando incapacidad para la gestión de la crisis sanitaria, es a la reconstrucción de la economía, tocada no solo por la paralización productiva de la pandemia sino por sus consecuencias inmediatas: el deterioro del consumo, el hundimiento del tejido empresarial, los ERTEs, la salida de España de empresas como Nissan, la paralización del sector turístico, la caída de las exportaciones que durante los últimos diez años han sostenido nuestro histórico déficit comercial... Uno de cada cinco empleos en España y el 25 por ciento de nuestras exportaciones dependen del turismo y el automóvil. Los datos son abrumadores: en 2020 el PIB caerá por encima del 10 por ciento y no crecerá más del 4 o 5 por ciento en 2021; la tasa de paro será superior al 25 por ciento cuando acaben los ERTE y España será el único país del mundo con un paro superior al 20 por ciento; el déficit público será del 14 por ciento del PIB y la deuda publica escalará por encima del 120 por ciento, máximo histórico del último siglo. ¿Cómo se van a pagar la renta mínima -3.000 millones al año- los ERTE -6.000 millones al mes- y todo el gasto social comprometido? ¿Cómo si no apoyamos sectores básicos como el automóvil o el turismo? ¿Cómo si nos cargamos la seguridad jurídica? El Estado del Bienestar no se puede pagar indefinidamente con deuda ni el país puede sobrevivir sin pactos en asuntos básicos con la oposición y con los agentes sociales.
La única solución está en un ambicioso plan de reindustrialización que contemple la educación, la investigación, la innovación y la tecnología, con especial incidencia en las áreas energética, medioambiental y sanitaria
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