Lomloe, nueva reforma educativa sin consenso

Pues sí, queridos lectores de Almería en el Tiempo, estamos a las puertas de una nueva Ley Educativa que no responde a los intereses de alumnos y maestros sino que, una vez más, es producto de los objetivos ideológicos del gobierno de turno. Desde hace cuatro décadas se suceden las leyes en función de quien ocupa el poder político y no de los protagonistas de la educación (LOGSE, LOCE,LOE, LOMCE, LOMLOE…)

Es triste y desolador contemplar la alucinante situación a la que nos están conduciendo Gobierno y oposición una y otra vez, año tras año y van muchos  desde que se inició nuestra actual democracia. Yo ya no sé qué pretenden estos manipuladores de la escuela ni qué tiene que suceder para que, de una vez por todas, nos dejen trabajar en paz y libertad a los profesionales de la enseñanza. ¡Señores de la clase política, escuchen el clamor de profesores, padres y, en definitiva, de todos los que formamos parte de la comunidad educativa!. La verdadera reforma educativa deben llevarla a cabo “los profesionales de la tiza”, los que se dejan la piel día a día en el aula física y virtual. 

Fuimos testigos del espectáculo bochornoso suscitado en torno a la LOMCE y ahora con prisa y desasosiego (aprovechando incluso la dramática situación provocada por la pandemia) se sacan de la manga la LOMLOE simplemente para llevar la contraria y, por supuesto, sin ningún debate ni búsqueda del ansiado gran Pacto Educativo. 

Además seguimos asistiendo a los enfrentamientos propios de países no democráticos que han resucitado viejos fantasmas de nuestra historia: se ha hablado mucho y mal de religión, de fracaso escolar, de enseñanza pública, concertada y privada, de calidad, de la importancia de valorar el esfuerzo, de desigualdad entre estudiantes según la autonomía de turno a la hora, por ejemplo, de promocionar o incluso de los contenidos, de autoridad, respeto y prestigio del profesorado, ratios,  planes de estudios impuestos….

Es decir, seguimos con la misma canción de siempre, con parecidos discursos y escasas soluciones debido a planteamientos unilaterales desde la izquierda o desde la derecha. ¡Qué vergüenza! ¡Qué mal ejemplo de convivencia para nuestros escolares!.¡Cómo envidio a otros países con un sistema educativo estable y duradero en el tiempo!

Nuestros dirigentes, demasiados centrados en controlar la mente de los futuros ciudadanos para perpetuarse en el poder, son los verdaderos responsables del fracaso escolar. Tengo la esperanza de que, en alguna legislatura, sin prisas ni pausas, construyamos un proyecto educativo común en el que los protagonistas sean los alumnos y maestros, razón de ser de la Escuela.