El día 26 de Junio se debía celebrar el 75 aniversario del nacimiento de las Naciones Unidas en San Francisco. Como hemos comentado no hubo fiesta y no sólo por el coronavirus. La Organización no está de moda y sus grandes fundadores tiene la mente en otra parte. Trump está a cuatro meses de las elecciones , la pandemia ha dado un palo a su prestigio y su contrincante Biden puede ganarle aunque su campaña hasta ahora es permanecer encerrado en casa. Johnson también ha sufrido un bofetón con las cifras letales del virus en Gran Bretaña. Macron ha visto cómo su formación daba un pobre espectáculo en las municipales, donde han quedado muy bien los verdes que han ganado varias ciudades importantes, China sigue en campaña para lavar su imagen por su reacción tardía y su ocultación de datos en los primeros días de la pandemia y, en Rusia, el todopoderoso Putin estaba montando una ceremonia increíble que le puede permitir continuar en el poder hasta 2036.
Si no lo deja antes voluntariamente será el dirigente ruso con mas años al frente del país de toda la historia. El nuevo zar ha organizado un referéndum consultivo en el que se desarrollaban diversas enmiendas a la Constitución-prohibición del matrimonio entre homosexuales, introducción de la religión en el texto legal…-pero el meollo de lo aprobado era eliminar el limite de los mandatos presidenciales. Con el nuevo texto, Putin parte de la casilla cero. Los más de 10 años que ha estado en el Kremlim han sido borrados.
Lo curioso es que muchas de las clausulas aprobadas ya habían sido aprobadas cómodamente por el parlamento . Greg B. Yudin en el “New York Times” comenta que “desde un punto de vista jurídico el ejercicio era demencial”. El objetivo del show, en consecuencia, era convertir a los ciudadanos en cómplices del recorte de libertades y del deterioro del estado de derecho que viene practicando Putin. Y en darle carta blanca para que siga ocupando el Kremlim mientras quiera. En el 2036 Putin tendrá 83 años.
Los ciudadanos han respondido afirmativamente de forma clara. Según las cifras oficiales, dudosa para bastantes observadores, la participación ha sido del 67% y han votado sí el 78%.
Las denuncias de irregularidades han sido numerosas. Abundantes comentaristas, sobre todo extranjeros, hablan de abundantes triquiñuelas. Oficinas de voto peculiares, algunas en el maletero de un coche, rifas y regalo para los votantes, presiones sobre los funcionarios para que no se abstuvieran y algún pucherazo, en la región de Ymalia el porcentaje de participación habría superado el 100%; ¡ como en los mejores tiempos de la Unión Soviética!. La organización Golos, autora de frecuentes encuestas, afirma que es una de las votaciones menos transparentes y más manipuladas de la historia de la democracia rusa. Putin, con todo, controla los medios de información importantes. Las ciudades en que la participación y los síes han sido menos abultados han sido Moscú y San Petersburgo poblaciones en que las redes sociales, menos controlados, tienen un mayor peso. La juventud tampoco ha sido muy entusiasta.
Por hinchados que estén los datos, que lo están según rusos creíbles que van y vienen a España, es un hecho que Putin, aunque ya no conserva el 68 0 70% de popularidad de hace años, sigue teniendo una aceptación que para sí quisieran muchos líderes occidentales. Ha dado a los rusos estabilidad, todos aborrecen las locuras y la inseguridad de la época de Yeltsin, y, para un país patriotero, ha colocado a Rusia de nuevo en la primera fila de la escena internacional. Ahí se ha colado China pero Rusia no está marginada.
No todo, sin embargo le sale bien en ese tablero. El apoyo a Siria es costoso, ha debido lanzar doce vetos en la ONU para apoyar a su aliado árabe. Eso desgasta. En Libia, también hay reveses. Apoya, con mercenarios y aviación, Sus-24,Migs-29… a Khalifa Haftar un comandante que quiere derribar al gobierno de Trípoli al que apoya la Onu en un comportamiento singular para un miembro permanente del Consejo de Seguridad. Turquía ha salido respondona y ha asestado varios mazazos a Haftar y a los mercenarios rusos.
Putin parece haber llegado a un pacto con su pueblo, yo te doy seguridad y tu cierras los ojos a mis trapacerías democráticas. El acuerdo parece tener ya grietas y la pandemia las puede agravar económicamente.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/197381/el-zar-putin-se-corona