Estamos viviendo en Almería una semana muy dura, con cerca de 200 casos de covid-19 confirmados por PCR en los últimos días en la comarca del Poniente. El mando único que tanto ansiaba Moreno Bonilla lo tiene, pero parece que le viene grande. Los brotes en Almería han dejado al descubierto a las primeras de cambio que ni hay personal sanitario suficiente en los lugares donde han surgido los brotes, ni se ha reforzado el área de salud pública y epidemiología, ni se informa con claridad sobre los preocupantes números de contagios por coronavirus que se están notificando, ni se actúa con la agilidad que necesitan la población y los sectores económicos.
La medida decretada en Andalucía que obliga a llevar mascarilla en todo momento desde el miércoles es necesaria, vista la situación, pero resulta ineficaz si el Gobierno andaluz no la acompaña de repartos masivos y urgentes en todos los municipios para concienciar a la población, además de asegurar a los mayores y a las familias sin recursos el acceso gratuito a este artículo.
Con todo, lo que más llama la atención es el incomprensible silencio que está guardando el Gobierno andaluz. Pese a que tenemos unas cifras de contagios que están incluso por encima de lo que en su día, allá por el mes de marzo, consideramos como el peor momento de la pandemia, ni se están ofreciendo explicaciones ni se está informando bien a la ciudadanía de lo que está sucediendo. Hemos llegado al punto de que da más información sobre la situación sanitaria algún alcalde que el Gobierno de Andalucía.
Moreno Bonilla, como mando único, está desaparecido y anda más preocupado ahora por hacer cambios en su gobierno para contentar a su socio de Ciudadanos, Juan Marín, que por gestionar la crisis sanitaria y económica que tenemos encima.
Si el jefe no está en lo que tiene que estar, tampoco lo está su gobierno en Almería, visto que ni su delegada provincial ni el delegado de Salud tienen, por lo visto, nada que decirles o explicarles a los almerienses, en unos momentos de tanta preocupación. Ni dan información a los ciudadanos ni ponen los medios necesarios a disposición de los centros de trabajo, pese a que es preciso garantizar al tejido productivo de Almería una respuesta rápida, un seguimiento eficaz, con unos protocolos específicos y los medios necesarios. Y esto es así porque lo que hoy sufren unos, mañana nos puede pasar a otros. Por eso, lo que ahora estamos viviendo nos debería servir para prepararnos de cara al otoño, algo en lo que no están los gobernantes de la Junta de Andalucía.
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